Le pongo el pecho a las balas

Dicen que no hay edad para aprender de los errores, y eso es justamente lo que me sucedió.

Quizás quienes lean esto ya estarán enterados de la situación que se vivió en la Junta Anual de Asexma Chile, evento en el que  año tras año asisten más de 1.500 empresarios representativos del sector exportador  y en el que además, históricamente se entregan regalos de carácter lúdico a las autoridades presentes.

Hace 32 años, el chiste iba bien, en ocasiones generamos revuelo y los medios informaban de lo que habíamos entregado, pero el día de ayer, el final no fue el mismo.

Tras el regalo otorgado al ministro de Economía, nos sepultaron, y reconozco que estuvimos mal. Jamás me he hecho el tonto con algún tema que me aqueja a mí o al gremio al que represento, por lo mismo, he hablado con quien me ha solicitado sobre este acto.

Aprendimos la lección, no justificaremos ni defenderemos algo  que ha sido repudiado a nivel nacional. Es verdad, pasamos a llevar un tema que hoy más que nunca cobra mucha sensibilidad, pasamos a llevar la imagen femenina  y su dignidad y sé que diga lo que diga, las consecuencias ya están.

Sólo quiero agregar que nos hemos caracterizado por estar siempre aportando ideas al país desde el positivismo, buscando soluciones, generando espacios de debate, etc. Por eso me duele esta situación, porque se aleja mucho de lo que queremos lograr.

No me puedo lamentar,  ya ofrecí las disculpas correspondientes, ahora le pongo el pecho a las balas y enfrento las críticas y repercusiones que pueda tener este episodio, pero como siempre he dicho, si uno se cae, hay que volver a levantarse y seguir trabajando.

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