Es sabido que 1 de cada 10 chilenos considera confiables a los políticos (Ipsos 2024). Otro estudio señala que solo el 1% del país confía en los parlamentarios y partidos políticos. Cifras impactantes, porque de alguna manera afecta a la misma democracia, aunque una desconfianza de los políticos, no necesariamente es de la política.
Estamos enfrentados a una nueva elección parlamentaria. Es hora que al elegir y necesitamos hacerlo muy reflexivamente. Para ello pongamos frente a nosotros al político ideal que queremos y elijamos a quién se acerca más al mismo. Es cierto que un ser perfecto no encontraremos, pero busquemos al que mejor lo represente. No nos dejemos llevar por el amiguismo o por intereses personales iguales a las que después cuestionamos de éstos.
Para ello es necesario que hagamos este ejercicio: ¿Qué pasaría en el país si tuviéramos políticos más confiables y queridos por la población? Políticos más conectados con la realidad cotidiana. Que comprendan y valoren los grandes problemas que vive la sociedad; seguridad, salud, educación y económica; priorizando las soluciones prácticas sobre el debate ideológico.
Que sean personas confiables, porque cumplen lo que prometen, que no cambian de posición por intereses y que tengan total transparencia frente a decisiones y su financiamiento. Que sean incorruptibles, sin financiamiento irregular, que no se aprovechen de los recursos públicos y que no ejerzan tráfico de influencia.
Que procuren una real eficiencia en la gestión pública. Lo que implica tener mayor conocimiento para legislar y para administrar, con capacidad para procurar mayor rapidez en la implementación de planes y programas, que trabajen por una buena ejecución de los mismos y que hagan un buen seguimiento y efectiva evaluación.
Políticos que naturalmente defiendan su ideología, pero no caigan en el ideologismo y por lo mismo, que escuchen y respeten las opiniones de su oponente, reconociendo lo bueno y cuestionando lo malo. Personas que no se consideren poseedores de la verdad absoluta, que sean abiertas al diálogo y a la construcción de un camino común. Que no usen los medios para mentir, inventar o simplificar problemas, sino para informar, socializar y viabilizar soluciones.
Bueno, quizás le pueda parecer muy complejo definir si estos atributos están o no en su candidato. Sin embargo, lo más importante de todo es que ponga el bien común por sobre el interés personal, contando con una real vocación para servir al país y no para servirse del cargo.
Para saber si es verdad, antes de votar por él o cuando le pida el voto, pregúntele si está dispuesto a tener un ingreso menor al que tienen hoy los parlamentarios y funcionarios de confianza, que son de los más altos del mundo y que el país no está en condiciones de financiar. Además ello va en contra del sentido mismo del servicio público. (Para su información nuestros parlamentarios ganan más que los suizos y cerca de Brasil, Nueva Zelanda y Francia, todos países de mayor desarrollo). Tengamos presente que los mayores servidores públicos del país son los bomberos, quienes sacrifican su vida por nuestro bien, sin cobrar un peso, son nuestra reserva moral, un verdadero ejemplo para el mundo.
Tenemos un gran país con grandes recursos naturales y humanos. Una riqueza invaluable en nuestra cultura, una sociedad con un gran espíritu solidario, con mucha inteligencia y creatividad. Que cuenta con una institucionalidad sólida. Solo nos falta que quienes hacen la política estén más preocupados de construir que destruir, de dialogar que pelear, de amar más a Chile que a sus intereses personales o de grupo.
Sin duda alguna, con políticos de este nivel lograríamos elaborar planes de largo plazo que definan más claramente el futuro del país, donde todos del lado que sea, empujemos para lograrlo, porque es imposible avanzar si solo nos limitamos a apagar incendios, a resolver situaciones del presente o vamos alternando entre gobierno y oposición (porque unos borra lo que otro escribe). Así no se construye un mejor futuro. La experiencia exitosa más reciente en nuestro país, significaron 20 años de gobierno de un mismo conglomerado; la Concertación. Su voto hoy es importante. Reflexione mucho antes de emitirlo.
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