¿Seguirá cuesta abajo en la rodada el presidente?

Los datos de los últimos estudios de opinión pública, muestran un panorama inquietante para el sistema político de nuestro país.

Una de las bases en que sustenta el sistema democrático es la confianza entre los individuos que conforman el tejido social y de éstos en sus instituciones que forman la estructura de poder.

El hecho que la desconfianza entre los chilenos-según la encuesta CERC- haya aumentado en 4% y llegue al 89%, es un dato preocupante.

La clase política y particularmente el gobierno debería tener en cuenta el antecedente, toda vez que la movilización social en función del problema educacional es cada vez más creciente.

El 73% de los consultados opina que el problema más importante para el país es la educación. Por sobre la delincuencia, el desempleo y la salud. Así los ven todos los sectores sociales.

La caída histórica de la popularidad del gobierno a un 22% en general y un 9% entre los jóvenes debería apurar el tranco para encontrar entendimientos con el estudiantado en forma acelerada.

Más de un consejero de palacio opina que el gobierno y el presidente Piñera, ya no pueden caer más. Pero eso es pura conjetura frente a las cifras elocuentes que arroja una de las encuestas más prestigiadas a nivel nacional.

El hecho que el 67% de los chilenos consultados le crea poco al gobierno y un 66% no apruebe al jefe de estado, revela una severa crisis de confianza, toda vez que se trata de una administración instalada en el ejecutivo, hace menos de dos años con más del 50% de apoyo en las urnas.

Una de las causas de la caída libre, está marcada por el deficiente diseño de las políticas públicas y una implementación errática.

Si bien hay muchos problemas heredados, es dable suponer que los países no detienen su marcha con las elecciones y las nuevas autoridades siempre tienen que asumir lo hecho y no hecho por sus antecesores. Así funciona la democracia. Sin duda que postergar y dilatar los entendimientos y tratar de atomizar al movimiento estudiantil, constituyó un grave error.

Otro de los resultados que arroja la encuesta CERC llama la atención por el profundo contenido político y revela las ansias de más democracia.

El carácter representativo ya no es suficiente para los chilenos. Aspiran a participar en forma activa. Quieren reforma constitucional (75%) porque desean terminar con el sistema binominal, ya que por más de 20 años, 60 ha sido igual a 30. Un insulto para la aritmética más elemental y una vulneración de la voluntad ciudadana.

Para tener en cuenta: El 71% cree en el plebiscito sería la solución al conflicto estudiantil.

No hay caso, los hechos son más porfiados que los intereses particulares: el 89% de los encuestados apoya las demandas estudiantiles y el 61% no cree que el gobierno quiera solucionar el problema.

Es decir la desconfianza en las instituciones es evidente.

Por eso es que la situación política es considerada mala (57%).

El ministro Felipe Bulnes ha mostrado las mejores intenciones de allanar el camino de solución, pero ahora llegó el momento de concretar y superar las aprehensiones, que con razón, han mostrado los jóvenes universitarios y los adolescentes de la enseñanza media.

En cuanto la oposición, toda, está haciendo agua. Por intereses sectoriales y hasta personales. Mientras no tengan propuestas programáticas elaboradas con participación ciudadana, seguirán contando con un fuerte rechazo de la población.

La única diferencia en la delicada situación política, es que unos están en el poder y tiene problemas para administrarlo y los otros añoran el poder, pero no atinan a ofrecer alternativas.

Lo peor que nos podría pasar es que entremos en una crisis sin retorno.

Esperemos que la clase política aproveche el tiempo y el espacio.

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