Una salida al dilema constitucional

Al iniciarse la votación de los artículos de la propuesta de nueva Constitución ha quedado en evidencia que el Partido Republicano quiere hacer lo mismo que ayer se cuestionó a la izquierda, ultraizquierda, independientes no neutrales y otros. En definitiva, no hemos aprendido nada.

La "Kastitución", como se le denomina ahora, nos aleja de una que represente el sentir común de la sociedad. Se insiste en incorporar normas que son de leyes y no de constituciones, pero la idea es amarrar a la sociedad en diversos temas que aseguren la visión económico social de la actual mayoría circunstancial republicana.

Lo que nos sorprende es que habíamos alcanzado una buena Constitución, valorada por todos, a través de la Comisión de Expertos. Sin duda que si esa fuese votada lograría un muy alto respaldo, porque logró un gran consenso.

Se suponía que la derecha tradicional haría un rol más articulador de posiciones, como lo fue en la primera votación. Sin embargo, esa visión se fue esfumando con el transcurso de los días. Más aún ha trascendido que José Antonio Kast llamó personalmente a algunos de estos consejeros para asegurar su voto de apoyo.

¿Qué hacemos? Estamos en una difícil disyuntiva dado que si este proyecto fuese rechazado, no hay espacio para una tercera oportunidad. Hay un gran cansancio en toda la sociedad. Pero a su vez, crece una tremenda frustración de no llegar a buen puerto cuando fue el camino definido para salir de la gran crisis del octubre de 2019.

¿Esa frustración podría transformarse en una nueva explosión? ¿Cómo se descomprimirá la tención social si no llegamos a alcanzar acuerdos? A los Republicanos les da lo mismo la aprobación o no de una nueva Constitución, porque ellos están de acuerdo con la que tenemos. Vale recordar que ellos votaron en contra de una nueva Constitución. Por lo tanto mucho de su juego es porque les da lo mismo el apruebo o el rechazo. No les importan las consecuencias posteriores para el país. Por lo mismo no debemos entonces quedar impávidos y dejar que hagan su juego.

¡Es necesario buscarle salida ahora! La alternativa que propongo es que se haga una reforma constitucional que establezca que en la votación final del apruebo o rechazo de la actual propuesta constitucional se agregue una tercera alternativa al voto: "Apruebo la Constitución de la comisión experta".

Así se puede asegurar que la población opte entre el trabajo del Consejo y de la Comisión Experta, generando más alternativas que nos posibiliten a no llegar a un callejón sin salida.

Si tenemos en nuestras manos una alternativa valorada por todos, no podemos perdernos la oportunidad de llegar a un acuerdo que nos permita dar un importante paso hacia el futuro, superando en alguna medida, las crisis que hoy nos mantienen viviendo en una gran inestabilidad.

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