La política exterior de Chile, fijada por el Presidente de la República, nace de la combinación entre los principios de nuestro actuar internacional y los intereses del país en el mundo. Éste es el vector de nuestra Cancillería. Y cuando se habla de postura de Estado, se instala como única aquella que nos asiste en Derecho y basada en acuerdos vigentes.
Coincido en que no fueron oportunas las declaraciones del ex candidato presidencial, Alejandro Guillier al hablar de la posibilidad de un “canje territorial”, porque nos asiste el deber de ser responsables y alinearnos con la argumentación nacional ante la Corte Internacional de La Haya respecto a esta demanda marítima. Son los esfuerzos que nos ocupan como representantes de un poder del Estado, compete reafirmar y apoyar la labor que realiza el grupo jurídico para defender nuestra soberanía, asunto que no puede estar en cuestión. Aquello trasciende el signo político o cualquier rédito que se quiera obtener en lo político.
Por ello, ¿qué sentido tiene profundizar en una opinión personal, y atribuirle el poder de marcar diferencias en nuestro país a los dichos del senador independiente, cuando eso es precisamente lo que espera nuestra contraparte?
Es claro que cualquier afirmación que vaya en contra de la postura que ha sostenido Chile sirve para el objetivo de Morales. Gordo favor le hacemos después que la demanda boliviana se cayó por su propio peso al inicio, y ahora debemos volver a la instancia internacional por un juicio en el marco de esta demanda boliviana que busca obtener la obligación de negociar acceso al océano Pacífico.
El Tribunal Internacional es una institución que debiera basar su dictamen en argumentos sólidos en Derecho como los de nuestro país. En ese sentido, cualquier alternativa que se busque es sin soberanía. Y ese es el marco invariable en que nos hemos mantenido.
Lo que demanda Chile es robustecer de manera transversal y pública su postura basada en Derecho, en el marco jurídico y sacar lecciones del error que significó la estrategia de las cuerdas separadas impulsada con Perú, cuando también nos llevó a un litigio internacional.
Debemos seguir en la misma línea y afianzar lo sostenido en base al derecho internacional y vigencia de los tratados. Ya vendrá el tiempo de recobrar agenda de 13 puntos u otra instancia de conversación con Bolivia.
Porque nos vemos enfrentados en La Haya por una demanda que no tiene justificación, Chile está abierto a seguir en el diálogo, ya que las relaciones son entre los países y los pueblos, pero mientras se insista en emplazarnos, sigue Morales apostando a la polarización de acuerdo a sus intereses políticos internos. Estrategia en la que no necesita caer nuestro país.
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