El 18 de diciembre de 2023, el papa Francisco autorizó la bendición de parejas homosexuales y personas separadas. El documento define el término "bendición" en las Escrituras para insistir en que las personas que buscan una relación trascendente con Dios y buscan su amor y misericordia no deben estar sujetas a "un análisis moral exhaustivo" como condición previa para recibirla. Se ha levantado una enorme discusión y cientos de obispos discrepan. Pero ¿es solo un problema de actos morales el implicado? o es la estructura ético-moral que Dios ha dado al ser humano la que se desmorona con esta proposición. No estamos hablando de pecados actuales esporádicos, sino de vivencias inveteradas con o sin pecado que implican procesos morales, psíquicos y neurobióticos que las personas no pueden cambiar fácilmente. El pecado querido impide el ingreso de la gracia y del Espíritu Santo. Pensemos en las adicciones, en caracteres proclives a acciones incompatibles con la vida de la gracia (abusos, psicopatías, etc.).
Se insiste en que hay que encontrarse con Dios a través de Cristo para encontrar el verdadero sentido del amor de Dios. Pero ¿qué es encontrarse con Cristo? ¿Quién puede decir que se ha encontrado con él inequívocamente? Al contrario, resuenan las palabras de Cristo: quien me ama observará mis mandamientos; no he venido a abolir la ley sino a darle pleno cumplimiento; dice a la adúltera, anda y no peques más. No es posible hacer un análisis del documento del papa por falta de preparación de los lectores; tomaré dos casos y me preguntaré si la bendición ha o no lugar.
Primer caso, una pareja gay que vive su relación gay con expresión genital en coitos anales o sodomíticos, coitos orales, masturbación mutua y otras expresiones genitales todas en contradicción con la moral bíblica. La expresión genital humana en la Biblia está restringida a la unión conyugal estable e indisoluble de un varón con una dama naturalmente abierta a engendrar hijos. Dice el documento que toda bendición requiere que lo bendecido sea conforme a la voluntad de Dios manifestada en las enseñanzas de la iglesia (el mínimo es el catecismo católico). La bendición de una pareja gay que vive como tal no ha lugar. Por otra parte, la Iglesia Católica ha establecido una conducta clara para el comportamiento con conductas genitales (nótese que no digo sexuales que es muy distinto). En este caso el católico gay tiene como opción el celibato (la homosexualidad renunciada de la psicología) y es recomendable la bendición anual sobre el homosexual que ha tomado esta opción. Pero no todo gay puede tomar esta opción, el que decide emparejarse tiene otra opción católica muy difícil, pero he conocido casos: la pareja vive como amigos sin realizar acciones genitales y renovando sus votos periódicamente de castidad célibe mutua; también puede recibir fuerza de gracia por bendiciones periódicas. La pareja gay que no se restringe en sus relaciones genitales, pero quiere seguir en contacto con la comunidad católica; en ese caso debe haber un servicio católico catequético para con paciencia indicar el camino católico homosexual, pero sin presionar a la pareja y clarificando que no están en un estado de acceso a sacramentos cristianos. Hay otra condición obligatoria para cualquier pareja humana "sexual", es la fidelidad conyugal. La bendición tampoco puede darse si no hay compromiso de estabilidad parejal o conyugal, porque en último caso ¿a quién se la está dando? Cuando ese compromiso se haga se le dará la bendición. Los homosexuales no cristianos que forman parejas deben vivir en plenitud y con sus convicciones lo que creen adecuado para ellos y en esa sociedad, la Iglesia no tiene que meterse en sus vidas salvo estar segura que les ha anunciado el Evangelio.
Segundo caso, pareja que se casa por la iglesia y se juran amor eterno. Viven 17 años y tienen 3 hijos el menor de 10 años. El varón en una fiesta de trabajo conoce una dama que le alborota las hormonas y apetencias eróticas y se va con ella, abandona a su mujer y forma un nuevo hogar con la segunda mujer y tienen un hijo. Según la proposición este trío podría ser bendecido porque no hay que poner tanto énfasis en la moral o el pecado. Pero según la indicación de la bendición, las personas que no están viviendo según los mandamientos de Dios ni de Cristo, no pueden recibirla. Bendecir a quien ha traicionado es echarle sal en la herida a la mujer traicionada. No es como dice el papa tan solo el pecado o la transgresión moral, hay sufrimiento moral estructurado, amoralidad o inmoralidad orgánica presente en ese conjunto de personas; no se puede pasar por alto todas esas condiciones antrópicas valóricas como si no importaran en tanto son consideradas como pecado o no. El grupo catequético de reconciliación hace su trabajo y al cabo de 3 años logran abuenarse. El varón se aparta de su segunda mujer que acepta la separación con el compromiso de pensión para el hijo de por vida; vuelve con su primera mujer y sus hijos pide perdón y es perdonado. La Comunidad parroquial celebra este encuentro de verdadero amor con una bendición solemne a los integrantes de los dos grupos.
Pero ¿qué va a bendecir el papa en los bisexuales, transgéneros, pederastas, psicópatas que tampoco son responsables de sus condiciones primarias? Permítanme una aclaración los pederastas (mal dichos pedófilos) no son abusadores, ellos o ellas se enamoran de los niños y lo único que quieren para ellos es lo mejor. En Chile se ha llamado pedófilos a Karadima, Cox y Precht erróneamente, el pederasta se enamora de niños en la etapa de pasar de la niñez a la pubertad (entre grado I y II de genitales y vello pubiano). Los enamorados de Karadima, Cox y Precht eran muchachos ya peluditos por todas partes. Ellos eran homosexuales abusadores. Una bendición como la propuesta para su conversión, podría ser, pero lo veo difícil y fuera de contexto.
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