Los antidepresivos, ansiolíticos y estabilizadores de ánimo pasaron a ser parte de los medicamentos más pedidos en las farmacias. Los especialistas del área de la salud mental han concluido que cada vez existen más personas que detectan rápidamente si están pasando por algún proceso o período que les impide llevar una vida normal. La depresión, el estrés y la ansiedad se han vuelto patologías comunes, pero cada vez con mejor pronóstico.
Por eso, es fundamental que una persona que está detectando estos inconvenientes, visite a un especialista, quien será el que diagnostique el tipo de alteración y en qué grado se está padeciendo. En la mayoría de los casos, llevar adelante una terapia farmacológica es fundamental.
Según especialistas, la depresión se produce por un desequilibrio químico en el cerebro, lo cual perjudica al paciente en su quehacer diario.
Por ejemplo, el paciente que tiene un desequilibrio en la producción de serotonina pierda el deseo sexual, el apetito y presenta alteraciones del sueño.
Otros, experimentan falta de energía, se sienten tristes, cansados y ansiosos, siendo deficiente la producción de norepinefrina.
Y, por último, existen aquellos que pierden el interés por realizar actividades cotidianas y sienten culpa, existiendo una evidente alteración de la dopamina.
Lo más importante a la hora de llevar adelante una terapia en base a antidepresivos, ansiolíticos o estabilizadores del ánimo, es entender que hay ciertas interacciones o mezclas que el paciente no puede hacer por ningún motivo.
Por ejemplo, se encuentra absolutamente contraindicado el consumo de alcohol y drogas. El consumo de éstos podría derivar en un desorden a nivel del sistema nervioso central, produciendo un efecto adverso en conjunto con el medicamento indicado por su especialista.
Otra de las medidas que debe tomar el paciente que se encuentra en tratamiento farmacológico, es consultar a su médico tratante sobre el uso de ciertos analgésicos u otros medicamentos que sean prescritos para el insomnio, ya que podría producirse un alza en los niveles de serotonina, derivando en cuadros clínicos como anomalías cardiacas.
Dicho lo anterior, una de las interacciones más complejas es aquella entre ansiolíticos y relajantes musculares. La ingesta de estos medicamentos en conjunto deriva en somnolencia y pérdida de algunos reflejos, lo que no permitiría llevar a cabo actividades cotidianas como manejar, caminar solo por la calle y distorsiones en la visión. Además, algunos estudios han indicado también podrían provocar problemas respiratorios.
Si bien, algunos casos de depresión pueden ser gatillados por factores hereditarios, de igual forma una gran cantidad de ellos tienen incidencia en factores externos.
Si usted presenta algunos de los rasgos descritos, es momento que tome cartas en el asunto. La depresión, lejos de ser una cuestión de actitud, es salud.
El tratamiento, acompañado de terapia y fármacos administrados por un especialista, harán la diferencia en su vida diaria.
Desde Facebook:
Guía de uso: Este es un espacio de libertad y por ello te pedimos aprovecharlo, para que tu opinión forme parte del debate público que día a día se da en la red. Esperamos que tus comentarios se den en un ánimo de sana convivencia y respeto, y nos reservamos el derecho de eliminar el contenido que consideremos no apropiado