Cada cierto tiempo suele aparecer en los medios de comunicación noticias sobre personas que sufrieron graves consecuencias -o incluso perdieron la vida- debido a procedimientos estéticos quirúrgicos.
Es una situación muy delicada que reviste máxima gravedad y donde, usualmente, se repiten patrones en su desarrollo: Personas que buscan realizarse algún cambio en su cuerpo y que han ahorrado durante mucho tiempo para conseguir su objetivo, centros de dudosa calidad con precios extremadamente bajos y que realizan estos procedimientos en condiciones clínicas insuficientes y médicos que no cuentan con los conocimientos y estudios necesarios para poder desarrollar de manera exitosa este tipo de cirugías.
Personalmente me gusta que el paciente siempre tenga en consideración el denominado "Triángulo de la Seguridad" al momento de realizarse un procedimiento invasivo en su cuerpo. Este triángulo consiste en tres puntos vitales que marcan la diferencia entre una cirugía con altos riesgos y una que cuenta con todas las normativas de cuidado.
En la base está un médico certificado, acreditado, que cumpla con las condiciones para el tipo de especialidad que ofrece. En segundo lugar, se encuentra el centro clínico donde se llevará a cabo el procedimiento estético, el que debe contar con todas las medidas de seguridad, garantías de higiene, personal calificado para una correcta recuperación e información clara en todo momento. Finalmente, como pilar de este método está un paciente informado que haya investigado al médico, el tipo de intervención a la que se someterá, que conozca si el profesional tiene reclamos a través de redes sociales, Google y organismos especializados como la Sociedad Chilena de Cirugía Plástica, además de la experiencia que ha brindado a otros pacientes.
Eso si, se debe hacer hincapié en que siempre hay riesgo de muerte en cualquier cirugía, pero el estudio, análisis y detección del centro médico, del profesional y su equipo ayuda a aminorar este tipo de situaciones y entrega seguridad al paciente quien, con todos estos elementos a mano, podrá decidir de forma segura e informada si se somete o no a una intervención.
Es sumamente esencial que el paciente esté informado, conozca lo que quiere realizarse, que haya superado evaluaciones médicas y psicológicas que lo hacen candidato apto para recibir una cirugía, pero sobretodo que reconozca y exija profesionales certificados antes, durante y después de una operación. No se trata de cualquier cosa: Está en juego la vida, la salud y la seguridad de las personas.
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