Centenario del control de tránsito aéreo, oportunidad para reflexionar

Este 20 de octubre, junto con nuestra tradicional celebración del Día Internacional del Controlador de Tránsito Aéreo, conmemoraremos los 100 años de la creación de nuestra profesión.

Hace un siglo, tras la primera colisión en el aire de dos aviones comerciales, Reino Unido, Alemania y Francia proyectaron la importancia de crear pautas para que las aeronaves se mantuvieran separadas, primer paso para crear lo que hoy conocemos como el Control de Tráfico Aéreo.

Pero, más allá de la celebración, este centenario es una ocasión idónea para mirar el momento en que nos encontramos los más de 500 controladores que trabajamos en 5 centros de control, 9 oficinas de aproximación y 15 torres de control a lo largo de Chile.

Desde hace 28 años contamos con un colegio profesional que ha cumplido tareas además gremiales, en un contacto permanente con las autoridades responsables del control de tránsito aéreo. Nos hemos dedicado con tesón a potenciar un trabajo colaborativo, a pesar de los obstáculos que a veces hemos encontrado para mantener un diálogo activo y fructífero. Nuestro norte es mejorar los estándares en la provisión del servicio y continuar brindado la excelencia que nos llevó a recibir el premio EAGLE AWARD de IATA, reconocimiento que fue entregado por nuestra labor profesional.

No obstante los avances alcanzados, aún tenemos muchos temas pendientes, entre ellos el daño previsional, situación que desde hace tres décadas hemos planteado por el riesgo a la seguridad que conlleva con controladores de edad avanzada que prefieren mantenerse activos ante el desmedro económico que implica su jubilación.

Otra de nuestras preocupaciones aún no resueltas es la generación de una nueva orgánica a los servicios de tránsito aéreo dentro del Estado de Chile, pues aún funcionamos bajo una ley orgánica del año 1968.

Los últimos dos años, por razones de todos conocidas, nuestras demandas se pusieron en pausa y, muchos de los avances que habíamos logrado en mesas de conversación, simplemente desaparecieron. Así pasó con proyectos como el de la reducción de la jornada laboral o la implementación del control de la fatiga.

Esos son algunos de los desafíos que debemos seguir impulsando en nuestras conversaciones con las autoridades, sin descanso y perseverantes. Estos son los retos que este centenario nos insta a mirar con esperanza y confiados en que seguiremos construyendo en pro de una aeronavegación segura, confiable y de excelencia, como siempre ha sido.

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