La Ley 21.147 modificó el inciso 1 del artículo 75 de la Ley de Tránsito, relativo al uso de vidrios oscuros o polarizados en vehículos motorizados. Gracias a esto, los vehículos pueden contar con vidrios oscuros, siempre que cumplan con los factores de transmisión regular de la luz y otras cualidades ópticas establecidas. La justificación de esta ley se sostiene principalmente en un tema de salud, dado que busca evitar un daño a la piel de los conductores por la protección con filtros UV.
Es en este contexto que, hace unas semanas, se presentó en la Cámara de Diputados una moción para "prohibir los vidrios oscuros o polarizados en vehículos particulares, además de aumentar sanciones para quien conduzca vehículo sin placa patente", otro problema en aumento. Esta iniciativa se presentó en contexto de hechos delictivos recientes, específicamente tras el fallecimiento de un carabinero en Chillán, asesinado por personas que se trasladaban en un auto con vidrios oscuros, durante un control de identidad.
¿Por qué es importante que esta normativa se apruebe y se termine con los vidrios polarizados? Hoy en día, la gran dificultad para reducir la siniestralidad vial en las vías se vincula a la frágil fiscalización por parte de Carabineros, inspectores del Ministerio de Transporte y Telecomunicaciones (MTT) y funcionarios municipales facultados para dicho fin, de acuerdo al artículo 4 de la Ley de Tránsito.
Veamos las últimas cifras. Este fin de semana largo dejó 12 fallecidos en 455 siniestros viales, además de casi 300 lesionados. En el descanso extendido anterior se reportaron 33 fallecidos en 876 siniestros viales, con más de 600 lesionados, cifras que confirman que este 2022 es el año con más muertes viales del decenio.
Se suma a esto un importante aumento del parque vehicular, con 186.247 unidades vendidas durante los primeros cinco meses, según datos de la Asociación Nacional Automotriz de Chile, lo que implica un incremento de 29,9% frente al año 2021. ¿Cómo los controlamos de forma más eficiente?
Es acá donde las dificultades de fiscalización se hacen evidentes. Las cifras indican que, para controlar velocidad, primera causa de muertes viales en Chile, hay solo 521 "pistolas" operativas en todo el país, para más de cinco millones de vehículos.
Y no es lo único. En marzo de este año empezó a regir el reglamento de la Ley No Chat, que regula y sanciona el uso y manipulación del celular o cualquier otro dispositivo electrónico externo al momento de conducir el vehículo. Conducir no atento es la principal causa de siniestros viales en Chile y la segunda causa de más fallecidos en el tránsito.
El desafío de esta ley, así como las anteriores, claramente es su fiscalización. ¿Cómo se puede hacer cumplir esta importante normativa si no se logra ver con claridad lo que ocurre al interior del vehículo por tener los vidrios polarizados?
Los desafíos que implica la fiscalización a los conductores son complejos y difíciles de abordar. Se requiere de un trabajo mancomunado entres todos los actores de la movilidad para avanzar en reducir la violencia vial en nuestras calles, procurando establecer normas que faciliten el control por parte de las autoridades en las calles. Vale preguntarse, entonces, si mantener una norma como la que permite circular con vidrios polarizados va en esta dirección o solo entorpece el objetivo final de salvar vidas en las vías del país.
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