Recientemente, un grupo de senadores ingresó a la Comisión de Transportes de la Cámara Alta un proyecto de ley que busca aumentar la velocidad máxima urbana a 60 km/hora. Esta moción va en total contrasentido a lo que Chile ha venido trabajando en seguridad vial, sobre la base de recomendaciones y acuerdos internacionales.
Aumentar la velocidad máxima urbana en las calles de nuestro país de 50 a 60 km/h es una idea desafortunada y una medida muy peligrosa si se aplica, considerando que el exceso de velocidad es la principal causa de muertes en el tránsito.
Actualmente, Chile enfrenta un grave problema de salud pública debido a los siniestros viales. Cada año, alrededor de 2.000 personas pierden la vida y más de 60.000 resultan lesionadas. Estas cifras alarmantes no han experimentado cambios significativos desde los años '70, lo que demuestra la urgente necesidad de abordar este problema de manera integral.
Chile ya se encuentra entre los países de la OCDE con la peor tasa de mortalidad en el tránsito y ha sido el país que menos ha logrado reducir el número de víctimas fatales desde 1990. Las estadísticas del Ministerio de Salud muestran que el tránsito cobra entre 2,5 y 3 veces más vidas que agresiones u homicidios. Estos datos son alarmantes y deberían ser motivo suficiente para tomar medidas más estrictas en materia de seguridad vial, en lugar de promover cambios que podrían empeorar aún más la situación.
La velocidad excesiva es uno de los factores más importantes relacionados con los siniestros viales. Según la Comisión Nacional de Seguridad de Tránsito (Conaset), entre 2010 y 2019 el 29% de los siniestros viales fatales en Chile estuvieron asociados a velocidades excesivas.
Aumentar el límite de velocidad máxima urbana sólo aumentaría la probabilidad de siniestros, fallecidos y lesionados. Estudios demuestran que una disminución de 5% en la velocidad promedio puede generar una reducción de 30% en el número de colisiones mortales. Estos datos respaldan claramente la importancia de mantener límites de velocidad adecuados y reducirlos si es necesario.
Es importante tener en cuenta que, en 2018, Chile dio un paso clave en seguridad vial al reducir el límite máximo de velocidad en zonas urbanas a 50 km/h. Actualmente, se busca fortalecer la fiscalización de la Ley de Tránsito mediante la Ley CATI, que permitirá controlar la velocidad, la luz roja y otras infracciones frecuentes a través de cámaras viales.
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