Coordinación intersectorial y articulaciones: a 10 años de la Comicivyt, elecciones y programas de gobierno

Coescrita con Federico Arenas Vásquez, doctor en Ciencias Económicas y Sociales, académico del Instituto de Geografía UC

A fines del pasado mes de marzo, se realizó un seminario que dio cuenta del cumplimiento de los primeros 10 años de la Comisión Interministerial de Ciudad, Vivienda y Territorio (Comicivyt)(1), la que según el Observatorio Regional de Planificación del Desarrollo de América Latina y el Caribe, tiene por propósito coordinar "al sector público en los ámbitos de infraestructura y ordenamiento territorial, potenciando inversiones en proyectos de corto, mediano y largo plazo, que reduzcan las brechas en materia de equidad urbana y territorial"(2). Entre los avances a destacar no solo se encuentran los referidos a la creación de los planes regionales de infraestructura urbana y territorial, como señala el mencionado observatorio, sino además su contribución al monitoreo, ajuste y actualización de las políticas que la ley puso bajo su responsabilidad.

La fortaleza de la Comicivyt radica en que, institucionalmente, se encuentra entendida como una herramienta permanente de articulación transversal en materia de ordenamiento territorial (urbano y rural), sostenida en la ley N° 19.175 Orgánica Constitucional de Gobierno y Administración Regional (LOC GAR), artículo 17, letra a) inciso cinco, en el que indica el rol de la comisión: "Propondrá, para su aprobación por el Presidente de la República, las políticas nacionales de ordenamiento territorial y desarrollo rural y urbano, así como la reglamentación de los procedimientos para la elaboración, evaluación y actualización, incluidos los referidos a la consulta pública, los contenidos mínimos que deberán contemplar, la constitución de un consejo consultivo de la sociedad civil para esta Comisión y los tipos de condiciones que podrán establecer los planes regionales de ordenamiento territorial..." (El subrayado es nuestro).

Esta comisión, según indica esta misma ley, está integrada por los ministerios de: "Vivienda y Urbanismo, cuyo titular lo presidirá; del Interior y Seguridad Pública; Secretaría General de la Presidencia; de Economía, Fomento y Turismo; de Desarrollo Social; de Obras Públicas; de Agricultura; de Minería; de Transportes y Telecomunicaciones; de Bienes Nacionales; de Energía y del Medio Ambiente".

Este avance de coordinación del sector público, devenido en política permanente para acometer estos objetivos, se entiende como el piso intersectorial fundamental para materializar esta tarea, el que se complementa institucionalmente con otro dispositivo institucional y político, como es el Consejo Nacional de Desarrollo Territorial (CNDT), que en los hechos vino a sustituir a los consejos nacionales de Desarrollo Urbano y de Desarrollo Rural, fusionándolos, con el propósito de "asesorar al Presidente de la República para la implementación de la Política Nacional de Desarrollo Urbano, la Política Nacional de Desarrollo Rural y la Política Nacional de Ordenamiento Territorial. Cuenta con 49 integrantes representantes del sector público, organizaciones de sociedad civil, academia y gremios"(3). El consejo, en cuanto órgano colectivo, incorpora un importante número de representantes provenientes de los ministerios, organizaciones civiles, universidades, gremios, entre otros, que tiene por virtud, un amplio abanico de participación, ad honorem, desafiando inmediatamente la gobernanza del mismo órgano, cuestión que lo legitima, además(4).

Pero en la "práctica-concreta", las tareas específicas realizadas por el CNDT, a propósito de la actualización de la PNDU, han instalado la sensación de que el trabajo y la responsabilidad de la Comicivyt en esta tarea, han pasado a un segundo plano. Lo que parecería una duplicidad de funciones, debería ser entendido, como desafío de complementariedad. A nuestro juicio, dicha complementariedad, es clave para cristalizar en las mejores orientaciones posibles en el logro de las políticas nacionales mencionadas y subrayadas en la cita precedente del Artículo 17 de la LOC GAR, las que deben impulsar y actualizar acciones, sujetas, a su vez, a una evaluación que incorpore de la mejor manera posible la diversidad nacional y las especificidades regionales, aspectos fundamentales para el desarrollo económico local, regional y nacional, haciendo del proceso descentralizador uno más asertivo y efectivo para el mejoramiento de la calidad de vida de las personas a lo ancho y largo del país.

Es importante que la ciudadanía perciba con claridad las tareas de cada una de estas estructuras, ya que la dificultad parece provenir del hecho que se percibe al CNDT yendo más allá del rol indicado en el Artículo 5°, letra d), del decreto de su creación(5), donde se señala, entre sus tareas, que deberá participar como asesor en las instancias relacionadas con la implementación, seguimiento y actualización de la PNDU y las otras dos políticas territoriales ya mencionadas. Entendemos que la principal instancia en la tarea de actualización de la PNDU es la Comicivyt, con el apoyo, claro está, del CNDT. Esto también es clave a nivel regional, donde las Corecivyt, existentes y por instalar y, que son reflejo de la estructura intersectorial nacional, deberán distinguirse de los Consejos de Desarrollo Territorial Regionales, bien inspirados, por cierto, pero que obligarán a las Secretarías Regionales Ministeriales (seremi), a desdoblar su energía en dos estructuras que parecen superponerse.

Por lo tanto, como hemos indicado en otras oportunidades, estos esfuerzos institucionales de coordinación, no solo apelan a una nueva gobernanza territorial sino, además, terminan siendo una posibilidad de concreción geo-política del estado chileno (fortalecimiento interior implica una proyección articulada desde su política internacional), en el entendido de ir proyectando una planificación estratégica y prospectiva (con instrumentos de ordenamiento y planificación territorial y otros), deseables de encontrar en cualquiera de los programas de gobierno de las actuales candidaturas vigentes, sea en la primaria electoral oficialista, como también las desplegadas desde las derechas, que esperan de la primera vuelta, una suerte de primaria del sector.

En pedir no hay engaño, diríase en lenguaje coloquial y, aunque la posibilidad está dada, queda esperar para recoger las pistas que en esta materia pudiesen incorporarse en las instancias mencionadas. En estos temas no da lo mismo quién y cómo gobierne, ni lo que ocurra con estas importantes modificaciones del mapa de las responsabilidades institucionales y la participación. Debemos perfeccionar, pero, sobre todo, cuidar y reforzar el trabajo, tanto de la Comicivyt como del CNDT.

(1) Ver en Seminario Internacional conmemora los 10 años de la Comicivyt con enfoque en gobernanza y desarrollo territorial sustentable; Seminario Internacional: Gobernanza y ordenamiento territorial
(2) Ver en Comisión Interministerial de Ciudad, Vivienda y Territorio (COMICIVYT) de Chile
(3) CNDT
(4) y (5) Crea el Consejo Nacional de Desarrollo Territorial

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