Existen diversas vacunas en desarrollo contra el Covid-19, como las de Pfizer y BioNTech, Moderna, y la de la Universidad de Oxford y AstraZeneca, entre otras. De éstas, la que presenta mayores restricciones logísticas es la de Pfizer y BioNTech, que ha sido la primera en salir al mercado, con requerimientos de temperatura entre -70°C y -80°C para su traslado.
Adicionalmente, la NHS (Agencia de Salud del Reino Unido) estima que si esta vacuna se trasladara más de cuatro veces, correría el riesgo de volverse ineficaz, lo que genera una complejidad adicional en esta logística. Un punto positivo es que, una vez descongelada la vacuna, puede durar hasta 5 días a una temperatura entre 2° y 8°.
Estamos presenciando uno de los desafíos logísticos más relevantes que ha tenido la humanidad, dado que tendrán que movilizarse más de 10.000 millones de dosis de vacunas en todo el mundo. En la actualidad existe la tecnología para el traslado de cualquiera tipo de vacuna, pero el mayor problema está en los volúmenes, teniendo el transporte aéreo un rol fundamental. Según DHL, el traslado de 10.000 millones de dosis requerirá de 15.000 vuelos, lo que pondrá al límite la capacidad aérea de carga durante 2021 y parte de 2022.
Otra complejidad tiene relación con la disponibilidad masiva de ultra congeladores para el traslado de las vacunas y las restricciones asociadas. Existen distintas empresas que están fabricando masivamente estos contenedores (va-Q-tec, Skycell, etc.) a partir de diversas tecnologías, con el propósito de abordar adecuadamente el desafío logístico. Una de las tecnologías más utilizadas son los contenedores pasivos en base a hielo seco (CO2 congelado), pero que tiene restricciones importantes en el transporte aéreo, lo que reduce el volumen de traslado.
A pesar de las complejidades señaladas, creo que esta operación logística va a funcionar adecuadamente. Para ello, será fundamental la coordinación entre los diversos actores de la cadena de suministro, como fabricantes, autoridades gubernamentales, operadores logísticos, centros de vacunación, entre otros. Asimismo, será relevante conocer la trazabilidad de las vacunas y disponer de información actualizada de la temperatura de cada uno de los cargamentos, con el propósito de detectar fisuras en la cadena de frío.
En Chile, deberá existir una coordinación importante en la "última milla", particularmente en el traslado entre el punto de almacenamiento (aeropuerto, por ejemplo,) y los centros de vacunación. Por lo tanto, si los puntos de vacunación no dispusieran de ultra congeladores, van a tener un máximo de cinco días para utilizar las vacunas. Así, la información jugará un rol clave.
El desafío es colosal, pero soy optimista del resultado.
Desde Facebook:
Guía de uso: Este es un espacio de libertad y por ello te pedimos aprovecharlo, para que tu opinión forme parte del debate público que día a día se da en la red. Esperamos que tus comentarios se den en un ánimo de sana convivencia y respeto, y nos reservamos el derecho de eliminar el contenido que consideremos no apropiado