La industria chilena enfrenta un futuro lleno de desafíos significativos, entre los cuales se destacan la descarbonización de la matriz energética y el uso sustentable del agua. Estas problemáticas no son exclusivas de Chile, pero su convergencia con importantes actividades productivas presenta una oportunidad única para el desarrollo de soluciones tecnológicas innovadoras, entre las cuales el hidrógeno verde emerge como una opción prometedora.
El hidrógeno verde, producido mediante la electrólisis del agua usando energía renovable, se perfila como una alternativa clave para la descarbonización de importantes sectores industriales del país. La adopción del hidrógeno verde puede no solo reducir significativamente las emisiones de gases de efecto invernadero, sino también posicionar al país como un líder en la producción y exportación de este combustible limpio.
Las oportunidades que presenta el hidrógeno verde son notables. Chile posee vastos recursos de energías renovables, especialmente solar y eólica, que pueden ser aprovechados para producir hidrógeno verde a gran escala. Asimismo, la creciente demanda global por energías limpias y la necesidad de descarbonizar algunas áreas productivas, ofrecen un mercado potencial significativo para el hidrógeno verde chileno.
Para aprovechar esta oportunidad y posicionar a Chile como un líder global en esta tecnología emergente, la colaboración entre la academia, la industria y el gobierno es esencial. En esta etapa crucial para ocupar posiciones relevantes en el mercado global, las universidades y los centros de investigación son fundamentales para avanzar en la investigación y desarrollo de tecnologías de hidrógeno, así como en la formación de capital humano especializado.
En la Universidad Católica (UC), a través del trabajo interdisciplinario de investigadores de Ingeniería (Minería, Eléctrica, Química, Industrial y Mecánica), de la Unidad de Tecnologías del Hidrógeno, del Centro de Energía y de la Escuela de Química, entre otros, se ha logrado hitos importantes en este campo. Por ejemplo, el desarrollo del explorador de hidrógeno verde, una herramienta que identifica las mejores zonas del país para producir hidrógeno verde. Este proyecto, realizado en colaboración con la Universidad de Chile y la Universidad de Santiago, permite una estimación precisa de los costos de producción y ayuda a planificar de manera eficiente la infraestructura necesaria.
Otro ejemplo de este compromiso fue el estudio de prefactibilidad para el uso de buses de hidrógeno en Santiago. Las conclusiones del estudio demostraron algunas ventajas respecto a otros sistemas, como un mayor rendimiento del consumo de hidrógeno en los recorridos con menor pendiente y una mayor disponibilidad de la flota en comparación con los buses eléctricos a baterías, gracias al tiempo de carga del hidrógeno.
La colaboración entre la academia y la industria es esencial para el desarrollo y la implementación exitosa del hidrógeno verde en Chile. Esta sinergia permite aprovechar el conocimiento y la experiencia de la comunidad académica en el desarrollo de nuevas tecnologías, al tiempo que se beneficia de los recursos y la infraestructura de la industria para llevar estas innovaciones al mercado.
Sin duda, los próximos años serán decisivos para consolidar nuestro liderazgo en el desarrollo del hidrógeno verde. Su futuro es prometedor, pero depende en gran medida del apoyo continuo de la academia y la industria, así como de políticas públicas que fomenten el desarrollo y la adopción de esta tecnología emergente.
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