La anhelada Economía Circular perfecta

Los residuos de los envases lácteos hechos de poliestireno de alto impacto (PS) actualmente no se reciclan para producir nuevos envases para el mismo producto, debido a que este material tiene una composición química particular que ocasiona su fuerte deterioro con el reciclado, lo que empeora su desempeño para producir nuevos envases, con resistencia e inocuidad para preservar los alimentos de manera segura.

El PS es un polímero petroquímico difícil de reemplazar debido a su bajo costo, ligereza y su resistencia al impacto que evita el quiebre del envase. Además, de otras propiedades únicas como la facilidad para cortarlo cuando se separa un pote de yogur del pack de 4 unidades.

Eso era hasta ahora, ya que Laben Chile y la plataforma de innovación Co-Inventa liderada por la Usach desarrollaron un envase monomaterial de poliestireno, incorporando una alta proporción de poliestireno reciclado posconsumo, que incluyó barrera funcional que permitió garantizar la inocuidad de los nuevos materiales desarrollados utilizando material reciclado, logrando alcanzar nuevamente las propiedades para la producción industrial de nuevos envases.

Esta nueva tecnología se está desarrollando actualmente a través de un proyecto Corfo Reto de Innovación, abordando el problema medioambiental relacionado con el uso y disposición de plásticos en la industria láctea, donde el poliestireno, a pesar de sus ventajas para el envasado por su ligereza, versatilidad y resistencia, representa un desafío en términos de sostenibilidad e impacto ambiental. Por tanto, este proyecto responde a la necesidad de prácticas más sostenibles, tal como se refleja en la creciente presión internacional para reducir la contaminación por plásticos, evidenciada en tratados como el Tratado Global contra la Contaminación de Plásticos de la Asamblea de la ONU para el Medio Ambiente.

La oportunidad del proyecto se basa en la creciente necesidad de integrar prácticas de sostenibilidad en la industria del envasado, en particular dentro de la industria láctea, donde el uso de poliestireno ha sido cuestionado debido a sus impactos ambientales. Este proyecto, al desarrollar y validar una tecnología para la producción de láminas de poliestireno reciclado, responde a dos desafíos: por un lado, la mejora de la sostenibilidad ambiental y por otro, el cumplimiento de las normativas internacionales más estrictas relacionadas con los materiales de contacto con alimentos.

Con esta tecnología, se está aplicando el concepto de economía circular porque se disminuye la cantidad de material que va a vertedero para utilizarlo de nuevo en la fabricación del mismo producto de donde procede, y disminuimos el uso de recursos no renovables. Es lo que llamamos la economía circular perfecta, ya que la economía circular imperfecta significaría aplicar ese material en un producto de menor valor.

Una de las características diferenciadoras de este proyecto es la participación de toda la industria en la cadena de valor: desde la industria que recicla el material plástico, en este caso potes de yogur postconsumo, las compañías transformadoras que utilizan ese material para volver hacer las láminas y los potes de yogur; y la industria láctea, que ha realizado estudios de vida útil para determinar cuánto tiempo dura el producto y corroborar que no existe diferencia en el yogur envasado con el nuevo material. La validación de esta tecnología a escala real permite poner esta tecnología a disposición de la industria para su uso inmediato.

Aunque Chile no tiene legislación al respecto, se está trabajando con el Ministerio de Salud para ponernos al día con las regulaciones que tienen los países de la OCDE en este ámbito. El Ministerio de Medioambiente ha definido una hoja de ruta para la transformación de Chile hacia una economía circular en el 2040 y en esa hoja de ruta está la necesidad de disminuir los residuos de envases y embalajes. Una de esas estrategias es a lo que apunta esta nueva tecnología: reciclar los productos y utilizarlos para fabricar nuevos envases, siguiendo las directrices de la Unión Europea donde para el 2030 los materiales plásticos deberán de contener al menos 70 por ciento de material reciclado postconsumo.

Desde Facebook:

Guía de uso: Este es un espacio de libertad y por ello te pedimos aprovecharlo, para que tu opinión forme parte del debate público que día a día se da en la red. Esperamos que tus comentarios se den en un ánimo de sana convivencia y respeto, y nos reservamos el derecho de eliminar el contenido que consideremos no apropiado