El eclipse solar presenciado en nuestro país hace unas semanas, fue una gran fiesta nacional sin duda. Sin embargo, el fenómeno fue también una oportunidad perfecta para llevar a cabo una iniciativa de ciencia ciudadana que invitó a todas las personas a lo largo del territorio nacional a ser científicos y científicas por un día, colaborando en una toma de datos masiva de GPS (sistemas de posicionamiento global) para investigar el impacto del eclipse en nuestra atmósfera, específicamente en la capa llamada ionósfera. Este tipo de iniciativas son bastante conocidas a nivel internacional, mayormente en las áreas de astronomía y biología.
En nuestro país, el ejemplo de la iniciativa HagoCiencia.cl impulsada por el Departamento de Física de la Universidad de Santiago de Chile, congregó a más de 5.000 personas a nivel nacional en torno a un estudio científico inédito.
La actividad invitó a toda la ciudadanía a vivir el eclipse solar de una manera distinta, independiente de las condiciones climáticas y su lugar de residencia, aportando mas de 280 mil datos de geolocalización desde todo el territorio nacional que están siendo actualmente analizados por el comité científico.
Pero ¿por qué resulta interesante promover este tipo de actividades? La ciencia ciudadana es un tipo de investigación colaborativa que favorece la participación de público no experto junto a las y los científicos de diversas áreas del conocimiento.
Los participantes pueden aportar con datos experimentales aumentando el alcance en cuanto a cantidad y diversidad de información, adquiriendo a la vez nuevos conocimientos y habilidades que contribuyen a una real alfabetización científica. Esta tendencia ha surgido en coherencia con los avances de la tecnología de la información, la mejora en la conectividad y el acceso de las personas a instrumentos cada vez mas sofisticados como el teléfono móvil que posee mayores funcionalidades y sensores.
Al respecto, cabe plantearse si ¿puede beneficiarse la ciencia de los aportes ciudadanos?, ¿puede el público no especializado aportar al desarrollo científico y tecnológico del país? En mi opinión, la respuesta a ambas preguntas es “sí”.
La alta participación durante el eclipse y la cantidad de datos recopilados en la mencionada actividad, son señal de que es posible llevar a cabo en Chile este tipo de iniciativas, porque tenemos una comunidad con inquietudes científicas y con ganas de aprender.
En la era del llamado “Big Data”, donde cada individuo puede generar grandes cantidades de información en su día a día, qué mejor manera de contribuir a la ciencia que fomentando el trabajo colaborativo para promover una mayor valoración de la ciudadanía hacia la investigación y un mayor empoderamiento del conocimiento científico que asegure su impacto, transferencia y masificación a toda la sociedad. La invitación, entonces, es a generar nuevas iniciativas para que toda la ciudadanía pueda hacer ciencia.
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