No sólo un negocio
La Asociación de Empresas de Tecnologías de la Información, ACTI, cumple 30 años, período en el cual no sólo creció como organización gremial, sino que acompañó a sus empresas socias en el camino del crecimiento y del apoyo al desarrollo del país.
El cambio experimentado por la industria, representado no sólo en la rápida evolución de los aparatos tecnológicos, sino en sus aplicaciones y nuevas tendencias, influyó en el nuevo rostro que tiene Chile.
De ser un país del tercer mundo pasamos a ser una nación líder en el continente no sólo por la estabilidad social, política y económica, sino por el importante desarrollo de sus comunicaciones, renovación de las principales industrias y la aplicación de Tics, en el servicio público.
El que dentro de las principales fortunas del mundo se encuentren muchos emprendedores del mundo de las tecnologías de la información no es un dato superfluo. Al contrario, habla de la forma en que las Tics se introdujeron en cada uno de los aspectos de la vida de la persona común, de los sectores industriales y de los servicios.En nuestro país hay también claros ejemplos de emprendedores exitosos que en el curso de estos 30 años crecieron de forma impresionante, llegando a internacionalizarse.
¿Pero crecer, tener éxito, internacionalizarnos es lo único que nos mueve como industria? No, sin duda la respuesta es categóricamente no. Nos sentimos orgullos de lo logrado, de los avances, de los éxitos, del crecimiento, pero a la vez sentimos que nuestra industria contribuyó de manera importante al país que hoy somos.
Un Chile moderno, citado como ejemplo, que capta inversiones, signado como un buen país para vivir y desarrollar emprendimiento debido a su estabilidad. Esa es nuestra satisfacción y orgullo. Como presidente de ACTI participé de múltiples reuniones e iniciativas orientadas a consolidar la industria y a instalarse como herramienta eficaz en ministerios, servicios, banca, comercio, minería, educación, salud, justicia.
Los paradigmas con que la sociedad, las naciones, las familias, las redes se movían, conectaban y relacionaban cambiaron radicalmente con las tecnologías de la información. Pero no todos pueden acceder a los artefactos y programas, creándose una brecha digital que aleja a los desposeídos de la posibilidad de tener una mejor vida.
Por ello, como organización gremial no podemos dejar de insistir en
la necesidad de contar con una institucionalidad fuerte en tecnología que fije normas, marcos de desarrollo y de actividad con el objetivo de que estas maravillas del ingenio humano efectivamente cumplan con su rol social, contribuyan a la equidad y justicia que todos anhelamos.
Treinta años fructíferos, de aumento del conocimiento, de creación de nuevas aplicaciones y sistemas que hacen del país, una mejor nación. ACTI seguirá, como asociación gremial, contribuyendo al desarrollo del país a través de la aplicación de las tecnologías de la información, cambiando las vidas de las personas y abriendo espacios de crecimiento individual y colectivo.
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