“Jackie” de Pablo Larraín es una versión de la historia que no pretende dar respuestas a la tragedia, sino más bien dirigir una profunda mirada a la mujer, esposa, madre e ícono, quien tuvo que lidiar con el enorme peso de tener que ser inquebrantable y difícil de decodificar.
Inicialmente el proyecto estaba como idea dando vueltas desde el 2010, donde en un principio la dirigiría Darren Aronofsky y sería protagonizada por su entonces novia Rachel Weisz. Sin embargo la pareja tomó caminos diferentes y el proyecto quedó ahí.
Años más tarde, Aronofsky presidió el Festival de Cine de Berlín en 2015, justo el año en que Pablo Larraín ganó el Oso de plata por “El Club”.
Habría sido precisamente en una conversación en la cena después de la premiación, que el director del “Cisne Negro” le ofreció la cinta al chileno, quedándose él entonces sólo en el rol de productor.
Larraín se preguntaba ¿por qué yo, por qué un chileno?, a lo que Darren y productores de la cinta han señalado que favoreció no sólo su visión y talento para hacer cine sino también su distancia con este hecho histórico tan grabado en la memoria de los estadounidenses.
Una vez que asimiló la propuesta, Larraín dejó claro que sólo haría la película si Natalie Portman la protagonizaba. Después de reunirse con ella y aceptar el desafío, empezó un enorme proceso de pre-producción, desde modificar el guión para que se centrara en Jackie, hasta la profundización en su proceso psicológico y su transe durante aquellos fatídicos días.
Larraín y Portman han confesado a Vanity Fair que las grabaciones originales del video del tour por la Casa Blanca de 1961 fueron claves para desarrollar el personaje y construir la trama, tanto para captar su esencia al moverse, vestir y hablar, donde este último elemento reveló más de lo que esperaban.
La diferencia entre la imagen que se quiere proyectar y lo que realmente es, se refleja en la forma en que expresa su voz pública versus la privada. La película cuenta la historia de una identidad fragmentada alrededor de conversaciones claves con un periodista, una amiga, un sacerdote y Bobby Kennedy. Una madre en búsqueda de seguridad para sus hijos, una viuda tratando de instaurar el legado de su marido, una mujer civil aferrándose a lo que le queda en su vida, protegiendo su integridad y su dignidad después de haber sido primera dama.
La cinta partió el circuito de festivales en Venecia donde ganó mejor guión para Noah Oppenheim. Posteriormente en el Festival de Cine de Toronto ganó el Platform Prize, “por su exploración al mito del Camelot Americano, por la actuación de Natalie Portman y por un guión dirigido con precisión”. Nominada a tres Oscar, Natalie Portman en actuación principal, diseño de vestuario de Madeline Fontaine y música original de Mica Levi.
Cosecha de grandes reconocimientos para el director chileno, quien en 2016 estrenó tres películas en Estados Unidos: “El Club”, “Neruda” y “Jackie”, récord para cualquier cineasta que busca posicionarse en la industria. Recién acaban de ganar el Oso de Plata en Berlín por el guion de “Una Mujer Fantástica” de Sebastián Lelio, producida por los hermanos Larraín, donde en su paso por la Berlinale, han confirmado que lanzarán dos series de televisión para distribución continental, “Ni una menos” y “Reinas”.
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