El fundamentalismo neoliberal que ha predominado en nuestro país en las últimas décadas, se ha empeñado en privatizar lo que nos pertenece a todos para aumentar la concentración económica de los que se creen dueños de Chile. Sus defensores partieron con las empresas del Estado, antes del término de la dictadura y continuaron luego con la salud y la educación pública, las que se empeñaron en destruir, mediante el abandono y el desfinanciamiento crónico.
Luego, mediante el sistema de concesiones, se apropiaron de todo lo que quedaba, llegando incluso a convertir los espacios públicos en negocios privados, transitando desde una economía de mercado, a una sociedad de mercado en donde todo se compra y se vende, haciendo casi desaparecer el concepto de lo público.
Una de las expresiones de esta forma de entender la sociedad, son las concesiones de estacionamientos que han convertido las calles y el subsuelo de nuestras ciudades, pertenecientes a todos y todas, en negocios de unos pocos, encareciendo la vida de los habitantes de nuestras ciudades a costa de privatizar los espacios que son de todos.
Recoleta no estuvo exenta de este frenesí privatizador. Mientras la UDI gobernó, se privatizaron los recintos deportivos y la vía pública fue transformada en una fuente inagotable de pago, de favores políticos.
De hecho, nuestras calles de las zonas mixtas, residenciales y comerciales, se entregaron en concesión por 41 años a una empresa de estacionamientos que nos hizo famoso por tener los estacionamientos más caros de Chile, haciéndole perder a nuestros barrios comerciales la estupenda relación precio calidad que antes presentaban y condenando a los residentes de los mismos a pagar sumas extraordinarias para estacionarse en donde lo habían hecho siempre y de manera gratuita.
Con nuestra administración se ha ido poniendo término a todos estos abusos y hemos comenzado a poner cada cosa en su sitio, en un trabajo conjunto con la comunidad, lo que nos ha permitido restituir los bienes públicos a sus legítimos dueños y mejorar ostensiblemente la calidad de vida de nuestros vecinos y vecinas.
La última de estas recuperaciones está dada por los triunfos legales contra la concesionaria de parquímetros, que este 26 de febrero debía entregar dos edificios de estacionamientos subterráneos para nuestra comuna y que ha demandado mayor plazo al municipio, para dar cumplimiento al contrato, habiendo perdido la primera y segunda instancia sin que hasta la fecha exista ninguna señal del más mínimo interés por darle cumplimiento al contrato.
Por lo mismo, hemos decidido poner término al contrato y a pesar de una primera derrota en el Concejo Municipal, que es la instancia que debe ratificar nuestra decisión, estamos seguros que antes del término de este mes habremos logrado los votos suficientes para ratificar nuestra decisión, devolviéndole las calles a nuestros vecinos, residentes o locatarios, para terminar primero con los abusos y para decidir con ellos, cual es la mejor forma de administrar nuestros espacios públicos, enfocados en el bien común y en los intereses generales de nuestra comuna.
Cabe destacar que en la primera votación en el Concejo Municipal, votaron por dar continuidad al contrato de concesión, los concejales de la UDI, María Inés Cabrera y José Villarroel, la Concejala del PPD Mónica Año y el Concejal del PS, Fernando Pacheco y a favor de terminar con el mismo y devolverle a la comunidad lo que le pertenece, los Concejales del PC, Juan Pasten y Luis Gonzáles, el Concejal de la UDI Ricardo Sáez y quien suscribe esta columna, el Alcalde de Recoleta.
Hago un llamado a todos quienes no han sabido escuchar a nuestra comunidad a recapacitar, para ponerle término a este abuso desmedido, que solo atenta contra los nuestros, lo antes posible.
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