Por una dirigencia social más viva que nunca

Nicole Cardoch

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^{Coescrita con Ignacio Achurra, director de la División de Organizaciones Sociales (DOS)}

Desde 1998, cada 7 de agosto se conmemora el Día de la Dirigencia de la Dirigencia Social y Comunitaria, en homenaje a la promulgación en 1968 de la ley 16.880 sobre Organizaciones Comunitarias. Como Gobierno, a partir de este año, hemos querido extender el reconocimiento a todos esos liderazgos sociales que sostienen el trabajo en sus barrios con el "Mes de la Dirigencia Social y Comunitaria".

Porque un día no basta para agradecer y valorar el trabajo que miles de personas realizan a lo largo y ancho de nuestro país, en las juntas de vecinos, en los clubes de adulto mayor, en las organizaciones de mujeres, de juventudes, como una labores insustituible para una democracia sana y profunda.

Este es un trabajo duro, muchas veces anónimo, sin remuneración, que implica el sacrificio del tiempo personal y familiar por una meta que nunca es individual, sino colectiva. Como dijera el Presidente Boric frente a más de mil dirigentes que se reunieron el pasado viernes en el Teatro Municipal de Santiago: "En tiempos donde el individualismo campea, ustedes han logrado algo que es fundamental, que la vida no termine en uno mismo".

Hoy en Chile las organizaciones sociales están más vivas que nunca. Existen más de 360 mil agrupaciones de este tipo y es por esta razón que queremos destacar el rol clave que juegan para mantener una democracia saludable, con participación efectiva, donde la ciudadanía logre canalizar sus justos anhelos por una vida mejor.

Este año hemos entregado respuesta a demandas significativas para las organizaciones sociales como la creación de la red nacional de Espacios para Organizaciones Sociales con instituciones públicas y privadas en todo Chile; habilitamos un canal de orientación legal, lanzamos el Premio Anual Dirigencia Social y Comunitaria; y publicamos una guía con orientaciones prácticas para su labor.

Estamos avanzando, además, en el proceso de reforma a la ley 20.500, para que Chile cuente con una legislación moderna y que fomente realmente la asociatividad de nuestras comunidades. Es con hechos y acciones concretas que el Gobierno del Presidente Boric reconoce a las personas que han dejado huella en sus comunidades, mejorando las condiciones de vida de sus barrios y organizaciones.