Este 21 de junio se conmemoró el Día Nacional de los Pueblos Indígenas en Chile, junto con el solsticio de invierno, hito que marca un ciclo de renovación. Les saludamos y celebramos su sabiduría y aporte a los oficios y el arte.
Muchas de las que hoy llamamos artesanías tienen sus orígenes en el conocimiento ancestral de los pueblos indígenas y su arte. Algunas han sido parte de las soluciones que crearon para afrontar las necesidades de la vida cotidiana, mientras que varias más tuvieron y mantienen profundos significados simbólicos y espirituales. Parte de este saber, que ha sido traspasado generacionalmente, se refleja en obras que continúan recreándose hasta la actualidad.
Las materias primas con que estos artefactos se producen son testimonio de la comprensión y respeto que tienen los pueblos originarios por la naturaleza y el entorno que habitan.
Las culturas andinas utilizaron y siguen utilizando las fibras de guanaco, vicuña, llama y alpaca -universo de los camélidos sudamericanos presentes en esta parte de América- para realizar la rica producción textil entre las que se encuentran piezas tradicionales e innovativas. Hoy algunos de estos animales (los silvestres como el guanaco y la vicuña), están protegidos y sus usos son restringidos, pero las especies domésticas siguen siendo la fuente de la fibra destinada a la creación textil y son criadas con gran esmero por las comunidades indígenas.
Mientras que el pelo de llama se usa principalmente para la producción de cordelería, entre las que se encuentran sogas, tikas y hondas; la fibra de alpaca se destina a una multiplicidad de objetos de ámbitos cotidianos y ceremoniales, que atienden usos como enseres domésticos, indumentaria y artefactos variados. Inkuñas, llijllas, costales, axos y fajas; junto a pieceras, chales, ruanas y bufandas, son parte de un valioso universo de artefactos textiles que tocan casi todos los ámbitos de la vida.
Algunos de ellos se crean usando tecnologías textiles que vienen de épocas precolombinas y que han evolucionado con el tiempo y los procesos históricos que han enfrentado los Pueblos. Incorporando las herramientas e instrumentos introducidos por los hispanos, adaptándolos; y en períodos posteriores, diversificando los tejidos para su uso por parte de personas que no necesariamente pertenecen a los pueblos originarios.
María Choque es una artesana aymara de Colchane, quien junto a la crianza de alpacas y llamas en el Valle de Punjawa, se dedica al oficio textil con el taller familiar Ayka, creado en 2010. Su producción artesanal se caracteriza en primer lugar por el hilado, realizado con huso tradicional y también con rueca; el teñido con hierbas altiplánicas, que ella misma recolecta, o con colorantes artificiales; y el tejido ancestral con telar de cintura y de cuatro estacas, que complementa con el uso del telar de 2 y 4 pedales. Técnicas de hilado, teñido y tejido, que a cada momento definen un contrapunto entre conocimientos ancestral y nuevo saber adoptado y adaptado.
La perfección en su oficio y gran creatividad, le han valido ganar el Sello Artesanía Indígena en 2017 y Sello de Excelencia a la Artesanía el 2018. Ambos reconocimientos los organiza el Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio en conjunto con la UC a través de su Programa de Artesanía, y premian la continuidad y perfección de la creación indígena mantenida en el tiempo o revitalizada, y la innovación con autenticidad, respectivamente.
En 2017 María ganó el sello con Wak'aqallus de Lichiwayus, que es una prenda ornamental realizada en telar de cintura con fibra de alpaca, que utilizan los músicos Lichiwayus en la cintura durante las celebraciones religiosas en la zona de Colchane.
En 2018, obtuvo el Sello de Excelencia a la Artesanía con el chal Rosa María y chal Gris María, obras que surgieron en co-creación con la diseñadora Gabriela Farías y que están pensadas para el uso contemporáneo.
María domina las técnicas tradicionales y trabaja continuamente en la preservación y puesta en valor del conocimiento de su pueblo, compartiendo generosamente su saber en ámbitos académicos formales e informales de investigación, formación y creación. Al mismo tiempo mantiene, junto a su taller, un afán innovativo en piezas de gran de belleza y calidad, que son ejemplo de buen de diseño. Junto a este quehacer, testimonia un genuino cariño por la crianza de sus animales de los que obtiene parte importante de la materia prima que utiliza en las prendas que teje.
El dinamismo de la creación artesanal de María ejemplifica el quehacer de muchos y muchas artesanas indígenas pertenecientes a los Pueblos que se extienden en el territorio, que además de mantener vivas tradiciones de gran significado para las comunidades, son artistas creativos y audaces que renuevan permanentemente su oficio para que siga manteniéndose en el tiempo. Culturas vivas que hacen de la renovación una forma de entender el mundo y también un arte.
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