China Roja y el "regreso" de Pablo de Rokha

Pablo de Rokha regresa a las librerías con China Roja (Ediciones Estrofas del Sur), un libro que se mantenía inédito desde 1964, año en que fue escrito por el poeta durante su estadía en China, tras serle extendida una invitación del gobierno de Mao Tse-tung. Durante seis meses De Rokha recorrió el país asiático, escribiendo sobre su pueblo y el proceso político, social y económico de la República Popular China, proclamada 15 años antes tras el triunfo de los revolucionarios comandados por Mao Tse-tung.

Durante años se pensó que China Roja había sido solo un anuncio de libro, pues nadie sabía o daba cuenta de su existencia, hasta que en 2014 me enteré de la publicación gracias a una conversación casual, en una librería que tuve en Av. Providencia, con el historiador José Miguel Vidal, radicado en Shanghái y que andaba en busca de unos libros de su especialidad.

Vidal me consultó por unas primeras ediciones de Pablo de Rokha que le llamaron la atención, entonces le conté que el poeta también había estado en China.

A los pocos meses de regresar al país asiático el profesor me escribió un correo contándome que había encontrado un libro de Pablo de Rokha llamado Xiangei Beijing de songge. Tras algunas investigaciones pudimos concluir que se trataba del mismo libro que en la bibliografía rokhiana aparecía con el título de China Roja, pero que nunca había sido publicado en español ni se conocían los manuscritos. El libro publicado en China contenía solo 20 de los 50 poemas originales, que son los que Ediciones Estrofas del Sur hoy rescata del olvido haciendo justicia con el legado del poeta, que al decir de muchos es “el más grande de la lengua castellana”, como lo afirmaron León Felipe y Carlos Droguett.

En todo caso, este regreso del poeta podríamos definirlo entre comillas, porque a pesar del silencio de la crítica y los denuestos de los puristas mientras vivió, de las artimañas del establishment de la comunidad literaria para aislarlo, de las maniobras para acallarlo y negarle sus méritos, De Rokha siempre ha estado, y su poesía poco a poco se hizo eco en aquellos que siempre defendió y por los cuales escribió: su pueblo y todos los pueblos del mundo.

De hecho, en el Chile actual muchos de sus poemas cobran sentido, pues constantemente los versos de De Rokha daban cuenta de los abusos, y en ese sentido nuestro país no ha cambiado.

En el libro Los gemidos (1922), el poema “El paco” dice: Él está, él está en la esquina de la urbe inmensa como en la esquina central del universo,/ como en la esquina central del universo,/ él está; duro, seco, categórico, como un mueble nocturno/ y mecánico, nocturno y mecánico emerge de la vida pública/ simbolizando la imbecilidad macabra de las cosas establecidas y la ley ... oh! esclavo negro que te confundes con las máquinas pardas, pardas de los objetos!. . !. . ! ..”. A buen entendedor pocas palabras.

En uno de los poemas de China Roja, el poeta expresa:

“Los imperialismos,

el inglés, el yanqui,

¡nos hallaron ricos,

y dejaron hambre!...

¡bandidos!...

Nos robaron todo:

el cobre, el salitre,

el hierro y el oro,

y ahora persiguen

el petróleo,

los lobos hambrientos

de los monopolios

asesinos, ellos

y el sirviente criollo,

abyecto,

unido al espía

y al traidor horrible,

pro-imperialista

u oligarca, en crisis

maldita”.

Como verán, estos versos, escritos en 1964, no dejan de mantener su vigencia, y Latinoamérica los hace suyos, y en uno de los momentos más dramáticos que vive el continente Pablo de Rokha y su pueblo tienen  la palabra.

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