"Me gustas cuando callas porque estas como ausente", Poema 15
No existe premio más codiciado en el mundo que el Nobel, el que otorga todos los años la Academia Sueca, por orden testamentaria de su fundador. Considerado el ambicionado reconocimiento como el galardón cúspide de una carrera llena de sobresaltos, decepciones y contradicciones inimaginables.
Al obtenerlo, cueste lo que cueste, el ganador pasa a formar parte de una elite exclusiva. Se eleva al Olimpo, donde comparte sitial con otros de igual tamaño y exclusiva inteligencia que le hace diferente, quiéralo o no, sin proponérselo a partir de que la afamada institución te nombra uno de los suyos. Dejas de ser tú, para ser integrante de un ser imaginario, en un mundo imaginario, con gente imaginaria (Nicanor Parra).
Alfred Nobel fue un inventor prolífico, industrial multimillonario, que entre otros de sus múltiples descubrimientos fue la letal dinamita, la causante de miles de muertos en las cruentas guerras que afrontan las incivilizadas naciones. Guerras que destruyen la esencia misma del ser humano, convirtiéndolos en verdaderos y feroces desquiciados, que alimentan el odio imparable, con graves consecuencias imprevisibles.
Atormentado por el uso bélico dado a su poderosa arma y los caudales de dinero recibido, decide para beneficio de promover la inteligencia, donar este cuantioso fondo, reconociendo a hombres y mujeres que aportan al desarrollo de las humanidades y las ciencias. Especialmente a instituciones y personas que contribuyen a la paz planetaria, para mantener un mínimo de equilibrio racional, que tanta falta no hace últimamente. Antes que el holocausto nuclear llegue, sin que nadie ni nada pueda detenerlo.
Los jurados de la prestigiosa Academia tras concilios no muy sacrosanto, para que se precien han caído en un laberinto de contradicciones al votar por uno u otro postulante; siendo su decisiones única e inapelable. En más de algún caso motivados por sentimientos personales o concomitancias políticas, de acuerdo a las circunstancias del momento. Influenciados muchas veces por aconteceres ajenos a la calidad de los postulantes donde algunos de ellos nunca verán el escurridizo premio en sus manos.
De hecho, por primera vez desde 1943, en 2019 no se entregó el Nobel en Literatura, por un bullado escándalo de abusos sexuales; lo que significó la renuncia de siete de sus 18 miembros.
Por motivos totalmente ajenos a su magna obra literaria, a Jorge Luis Borges, nominado ocho veces, nunca se le considero. Ser "anarquista de derecha" le pesó, según sus biógrafos; o "sus deslices políticos" con las dictaduras de Rafael Videla y Augusto Pinochet. Nicanor Parra el antipoeta chileno de seductora fama internacional y de múltiples reconocimientos, por su diferente y única expresión poética de gran valor lingüístico, fue postulado tres veces. Independiente de las formas literarias, su muralla infranqueable fueron sus tormentosos "líos de falda" con una traductora oficial del jurado sueco, que a despecho hizo el lobby para cerrar toda las puertas y ventanas, de la academia para siempre. Murió a los 103 años esperando el merecido tributo.
Salman Rushdie, escritor británico-estadounidense de origen indio, autor del célebre best seller "Los versos satánicos" y candidato casi seguro a recibir el premio este año, vio frustrada su opción porque su polémica obra despertó la ira de los musulmanes chiíes, que la consideran un insulto al Corán, a Mahoma y a la fe islámica. Salman fue acuchillado por un fanático, quedando gravemente herido. La Academia cortó por lo sano y entregó el premio -merecidamente- a la octogenaria francesa Annie Arnaux, una de las escasas 17 mujeres en recibir el Nobel de literatura, desde su creación.
El reciente galardón de la Paz 2022 premió al activista bielorruso Alés Bialiatski, a la organización Rusa Memorial y a la ucraniana Center for Libertéis. Fueron distinguidos por su labor en proteger los derechos fundamentales de las y los ciudadanos y demostrar la importancia de la sociedad civil en la construcción de la paz y la democracia: el derecho a criticar el poder y proteger los derechos humanos y la coexistencia pacífica entre países vecinos.
El expresidente de EE.UU. Barak Obama, primer afroamericano en el cargo, había dicho que haría todo por merecerlo. Durante sus dos periodos de gobierno ningún solo día paso sin que su nación estuviera en conflicto bélico. Honesto como pocos, donó el suculento premio a obras benéficas, lo que honra su persona. Greta Thunberg ha sido premeditadamente postergada, en 2019, 2020, y una vez más este año, por ser una activista ecológica desde los 10 años. Su campaña de concientizar a los líderes mundiales ha significado movilizar a la juventud de todo el mundo. Sus palabras en la ONU resuenan en los oídos sordos de quienes tienen la mayor responsabilidad. Intereses contrapuestos impiden que le den este merecido y necesario premio Nobel de la Paz, para continuar en su transcendente misión.
Dos casos controversiales han marcado a los que en justicia recibieron el Nobel de Física, por sus adelantados descubrimientos, cumpliendo los deseos del filántropo sueco. Acercar la ciencia a beneficio de nuevos espacios de desarrollo de la inteligencia, en la investigación científica para revelar más allá de lo conocido, el misterio que mueve la mente por llegar al infinito.
Albert Einstein y su esposa serbia, Mileva Maric, nunca reconocida ni por su conyugue, aportó como una avanzada matemática en dar forma a la teoría de la relatividad, la explicación teórica del movimiento browiano y los cuantos de luz, que le hizo obtener el premio Nobel a Albert; cuyo machismo y egoísmo destruyó la carrera de su compañera, a tal punto que jamás fue nombrada en ningún trabajo, en beneficio de su marido. Marie Curie, la primera mujer en recibir dos premios Nobel, en Física y Química, descubrió toda la verdad. La novela biográfica de la autora Marie Benedict, "A la sombra de Einstein", relata la vida desconocida de una de las científicas física y matemática, más luchadora e importante del siglo XX,
Brian P. Schmint, australiano premiado en 2011 por el descubrimiento en la expansión acelerada del Universo y la observación de las supernovas distantes, hizo todo su trabajo rn el proyecto Calan-Tololo junto al profesor y astrónomo chileno Mario Hamuy, posteriormente Premio Nacional de Ciencias. Fue una triste experiencia para quien le entregó sanamente más de la mitad de los estudios que había recopilado. Schmint no fue capaz de compartir el premio Nobel con su verdadero mentor, la polémica se abrió y tarde reconoció en Chile su error e hidalgamente Hamuy le perdonó, en beneficio de la astronomía.
La primera mujer chilena y latinoamericana en recibir el Nobel de Literatura fue Gabriela Mistral, a quien en 1945 la Academia elevó al altar de las musas por la belleza de su canto a los y las niñas del mundo. Siete años transcurrieron para que su amada patria le otorgara el Premio Nacional de Literatura. Pablo Neruda, el vate inolvidable, un chileno que supo enamorar al mundo con "Canto General" y "Veinte poemas de amor", fue premio Nobel de Literatura en 1971, y supo entrar en el corazón del pueblo, con su voz pastosa y su prosa amorosa. La lengua castellana se ha beneficiado con dos grandes de la poesía eterna.
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