¿Qué pasó? No lo podía creer. Escuchaba ese concierto poco conocido y observaba a personas no habituales presenciándolo y hasta disfrutándolo.
Si mal no recuerdo, por el azar de la vida, tenía en mi poder cien entradas para asistir a un concierto clásico bastante poco conocido, sin un ápice de generosidad, avisé a mi lista de Outlook y rápidamente pude distribuir las entradas en forma gratuita.
La mayoría asistió a ese concierto, sin embargo, gran parte de ellos nunca habían participado en uno de los tantos eventos gratuitos que semanalmente hay en cartelera.
¿Cuál fue la raíz del secreto de tanta masividad?
Yo tengo una teoría, puedo equivocarme, pero es una reflexión basada en mi experiencia y conocimientos, que no son tantos.
Mi hipótesis es que la razón de esta paradoja es la estrategia comunicacional, cuyo secreto se encuentra en la diferencia entre informar y difundir.
Cada día me sorprendo más en constatar que los diferentes canales de comunicación cumplen su función en forma distinta, dependiendo el énfasis perceptual - visual, auditivo, kinésico - propio de cada uno de ellos.
Cuando se es parte de la institucionalidad cultural se comete el error de pensar que la información disponible pública es obvia y basta con un canal para que todos la conozcan. Incluso, el miedo es a repetir lo ya dicho.
Pero, cuando no se es parte, no solamente no se está inmerso en la cultura, sino además se tiene poco acceso a ella, ya sea por desconocimiento de los caminos o falta de tiempo.
Invitar a participar por varios canales de difusión es lo recomendado, ya que, si bien es el mismo contenido, cada canal se dirige a un público diferente.
Haciendo fila para entrar a una conferencia gratuita, previa inscripción, sobre la próxima ópera en cartelera del Municipal de Santiago, escuché a dos personas que comentaban algo así como, no sabía que había este tipo de conferencias, me enteré por el Facebook del Municipal, nunca había venido.
Con este escrito quiero entregar elementos para la discusión y, eventualmente, a tomar en cuenta en una estrategia comunicacional relacionada con los eventos culturales.
A la gente le gusta asistir a espectáculos clásicos. El tema es llegar oportunamente con una invitación a su correo electrónico, redes sociales o a través de un amigo o vecino.
Ballet, óperas, conciertos, visitar museos son manjares de dioses, si saben que pueden tener acceso a entradas gratis o a un módico precio, al menos, más barato que un happy hour.
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