Las apuestas de Belus pagan
Corría el 26 de marzo de 1993 y un novel joven de 17 años, 491º del mundo, tenía la misión de debutar un viernes en Copa Davis. Marcelo Ríos Mayorga saltaba a la cancha del Court Central del Estadio Nacional para verse las caras con el canadiense Andrew Sznajder.¿El resultado? Caída en cuatro sets ¿El capitán? Belus Prajoux.
5 de abril del 2013. Un chico de 16 años era el encargado de abrir por primera vez una serie de Copa Davis. Christian Garín debía enfrentar al uno local en calidad de visitante ¿Resultado? Caída cinco 5 sets.¿Capitán? Belus Prajoux.
Tras una semana compleja, Prajoux tenía en sus manos, una vez más, la decisión de decidir quien acompañaría al uno del equipo en los singles ante Ecuador. Jorge Aguilar y Hans Podlipnik aparecían como los mejores rankeados del equipo después de Capdeville, pero Belus igual que 20 años atrás se la juega por el recambio a pesar de los cuestionamientos que había en el mismo seno del equipo.
A pesar de la derrota, la apuesta le volvió a dar dividendos a Prajoux. El capitán ya había hecho que Garín fuera el debutante más joven en toda la historia del tenis chileno en la Davis, el año pasado ante Italia, pero lo de este viernes en Manta era algo aún más arriesgado.
Era un partido por los puntos, en una final americana, pero a pesar de que Garín cayó, tras cuatro horas de batalla, el sabor de boca fue agradable.
El joven tenista volvió a demostrar que tiene "eso", un ingrediente que sólo tienen los elegidos, los tocados por la varita mágica en este deporte.
Al igual que en Nápoles, donde cayó ajustadamente con Bolelli, en Viña , donde ganó una ronda y cayó en tres sets con Chardy, Garín volvió a demostrar que él es el futuro. Y que es la aparición más esperanzadora de los últimos años en el tenis chileno y también mundial.
Su derrota de este viernes, que lo dejó con lágrimas en los ojos, demuestra que el santiaguino ya es una realidad. Con una mentalidad de veterano, con golpes sólidos y parejos, un físico privilegiado para un joven de su edad y por sobre todo una madurez inusual para un niño de 16 años, Garín se ganó un puesto que muchos cuestionaron debido a su juventud.
Ahora la misión de Belus, y del tenis chileno, es encontrar y formar al compañero de Garín. A uno que lo acompañe y lo ayude a devolver al tenis chileno a sitiales privilegiados del tenis mundial. Ese compañero de generación que le faltó a Marcelo Ríos, el mismo púber que hizo debutar Belus hace 20 años atrás.
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