A raíz de la discusión que surge nuevamente en materia de acceso al transporte para las personas mayores, y en consecuencia con las distintas instancias en las que hemos trabajado durante los últimos años, existe inquietud respecto a la lentitud y timidez con que se llevan adelante las políticas sociales que buscan mejorar su calidad de vida.
Las jubilaciones y pensiones no alcanzan para cubrir los gastos familiares y personales. Si bien tienen solventadas sus necesidades básicas, remarca el hecho de que la pensión no les permite acceder a una mejor calidad de vida, puesto que no pueden satisfacer necesidades de corte recreativo y ven restringido el acceso a espacios de socialización.
Uno de los principales problemas que enfrentan las personas mayores, es “la exclusión”, y esta se puede apreciar cuando vemos la imposibilidad de desplazarse libremente por la ciudad, debido al alto costo del transporte, limitando así la posibilidad de que envejezcan activa y saludablemente, afectando con esto ampliamente su calidad de vida.
Debemos comprender que las personas mayores necesitan movilizarse, ya que les permite acceder físicamente a los servicios comunitarios y los mantiene en contacto con sus grupos sociales de apoyo, sus pares, familia y la comunidad en general. El contacto es fundamental para fomentar su inclusión en nuestra sociedad, evitando que se aíslen y que se manifieste una dependencia temprana.
La realidad varía según la ciudad o localidad en que vivimos a lo largo del país, el transporte también es distinto, por tanto, con cambiar el horario de acceso al metro, no mejora el acceso al transporte de una persona mayor en Copiapó.
Se deben generar políticas que tiendan a mejorar a nivel nacional el acceso al transporte, y en ese contexto, sería bueno conocer en que está la presentación del proyecto que permitiría crear una política nacional de transporte público para los mayores, anunciado a mediados del año 2014.
Tener una política nacional de transporte implica darles la oportunidad de que no tener restringido el acceso a la movilización y a los espacios urbanos y desde este contexto, la oportunidad que representa tener un pasaje rebajado significaría terminar con la exclusión y potenciar políticas locales de envejecimiento activo y participativo.
Como sociedad debemos hacernos cargo, porque los problemas de la vejez no son solo de ellos, si no nuestros, pues también llegaremos a viejos, pues entonces, ¿qué estás haciendo para tener una vejez digna?
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