Con motivo del séptimo aniversario de este Museo, saludamos a las ciudadanas y ciudadanos de la memoria y los derechos humanos que es una ciudadanía ética, social y política. En suma, una ciudadanía con conciencia histórica.
Es la conciencia de la verdad histórica de que en Chile durante los años de dictadura el Estado y los agentes del Estado, civiles y militares, cometieron un conjunto de violaciones a los derechos humanos, tan graves, que en el derecho internacional se califican como crímenes contra la humanidad.
Es la conciencia también del sentido ético, social y político de un deber para con la humanidad: de que en Chile haya justicia. Justicia con reparación para las víctimas de las violaciones de los derechos humanos… justicia con sanción penal efectiva para los perpetradores. Nada más y nada menos. ¡No venganza…justicia! Una reparación efectiva y una justicia plena, sin impunidad, sin amnistía y sin indultos tratándose de crímenes de lesa humanidad.
Como ciudadanas y ciudadanos de la memoria y los derechos humanos debemos necesariamente asumir que estos crímenes contra la humanidad cometidos en el período de la dictadura se inscriben en una memoria histórica de mayor alcance. Por ello para el 2017 el Museo de la Memoria ha definido que este será el año del sindicalismo, puesto nos interesa relevar el gran aporte del movimiento sindical a la lucha de los trabajadores por sus derechos y por la democracia bajo el régimen dictatorial.
La historia no es solo pasado, es también presente y futuro. La historia interpreta el pasado, explica el presente y sostiene el futuro. Y por ello quienes luchamos por los derechos humanos en tiempos de dictadura no podemos renunciar a seguir defendiendo los derechos humanos en tiempos de democracia. Y en consecuencia, quienes por ser más jóvenes se incorporan ahora en el siglo XXI a las movilizaciones en pro de los derechos humanos en otras causas emergentes, tampoco pueden desentenderse de las reivindicaciones del movimiento de derechos humanos que surgen frente a los crímenes de lesa humanidad cometidos anteriormente en nuestro país.
Entonces, para esta calidad compartida de ser ciudadanas y ciudadanos de la memoria y los derechos humanos, izar la bandera del “Nunca Más” es una cuestión clave, toda vez que para esta fraternidad intergeneracional es un compromiso histórico el de no permitir jamás que la democracia vuelva a ser destruida y que los derechos humanos sean conculcados por una dictadura que los violente tan brutalmente como ocurrió en Chile a partir del 11 de septiembre de 1973.
Pero ello no es suficiente si no afirmamos enseguida con la misma determinación junto al “Nunca Más” el “Hoy más que Nunca”. Hoy más que nunca es necesario luchar por los derechos de los pueblos indígenas, los derechos de las y los migrantes, los derechos de las y los niños, de las y los jóvenes, de las mujeres y contra la violencia de género, de las personas en situación de discapacidad y por la inclusión social, los derechos de la diversidad sexual, los derechos de las y los trabajadores.
Esta es una responsabilidad que desde luego trasciende a este Museo. Es una responsabilidad de las y los ciudadanos de la memoria y los derechos humanos, de todos ustedes y de todos nosotros. Para esta gran responsabilidad ética, social y política ustedes saben que pueden confiar en nosotros, y nosotros sabemos que podemos confiar en ustedes.
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