Según el Informe Anual de Productividad emitido por la Comisión Nacional de Productividad, Chile alcanzó el 2021 un incremento de 7,4% y 8,7% en la productividad total de factores. Sin embargo, los mismos asesores de la comisión han reconocido que nuestro país tiene un grave problema en esta materia y que se necesita urgente avanzar, puesto que es clave para el desarrollo económico sostenido y el mejoramiento de la calidad de vida.
De hecho, a pesar su estancamiento de la última década, grandes empresas privadas han logrado aumentarla de manera sustantiva en el mismo período. ¿Qué ocurre entonces? Estamos entrampados en creencias equivocadas porque sí existen espacios de mejora para aumentar a nivel país un 10% de productividad en los próximos 10 años.
Para ello, no se requiere una inversión sustantiva, sino un cambio cultural, un nuevo mindset que parta por revisar los procesos de negocios de manera integral, recogiendo y ejecutando la mirada transversal del mismo capital humano multidisciplinario de las organizaciones, y luego recién incorporar tecnología para sacarle el máximo provecho en las áreas específicas que la requieran y solo ajustada a las necesidades.
Es importante tener en cuenta que la tecnología en sí no es la solución, porque si no se acopla a los procesos de negocio de la empresa, se va a invertir más dinero y costará más dar el salto. Por eso, es mejor primero revisar los procesos para elegir la tecnología adecuada para cada necesidad, sacándole el máximo potencial.
Por otro lado, en las organizaciones más productivas se aumentan los salarios y los trabajadores ganan más, con beneficios para la organización y para los accionistas. Está probado que al mejorar la productividad se produce una mayor captura de valor que permite el aumento de sueldos para retener el capital humano comprometido. Incluso permite bajar los precios de bienes y servicios, y mantener los niveles de rentabilidad para que se paguen los impuestos adecuados, y así responder a las demandas sociales.
Dado lo anterior, debemos enfrentar con determinación el desafío de productividad país 10/10 y hacerlo de una forma metodológicamente legítima, priorizando la revisión de los procesos junto a todos los estamentos de manera transversal y multidisciplinaria, y luego adoptando las tecnologías necesarias. Ese es el camino.
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