Con deuda, la propiedad privada es una ilusión

La base del sistema monetario moderno es un sistema de reserva fraccionaria, que permite a la banca prestar, en promedio, hasta 10 veces más "dinero" del que realmente dispone. Esto suena simplemente ilógico pues ¿cómo sería posible prestar un dinero que no existe?

La verdad es que lo que el banco presta, ya sea a consumidores de a pie como a empresas, no es dinero, sino promesas de pago. Estas promesas debiesen estar prohibidas, pues dicha deuda jamás podrá saldarse, pues como mencioné anteriormente, tal dinero no existe.

Me explico: la mayoría de las personas cree que el saldo de su cuenta corriente refleja la cantidad de dinero que hay guardado en algún compartimiento exclusivamente para ellos. Otros creen que su dinero se está trabajando y que a pesar de que el banco no tiene el dinero suficiente para pagarle a todos sus clientes su dinero si vinieran de golpe a buscarlo, no debiese haber mayor problema en que éste no lo tenga, pues, al fin y al cabo, cada cliente pone su dinero con el riesgo de que el banco lo ponga a trabajar y recibe un interés por eso.

Pero la realidad es más escalofriante. Cuando el banco otorga un crédito a una persona o a una empresa, con la que luego ésta le pagará a sus empleados, en realidad no está más que escribiendo una deuda de esa persona/empresa para con el banco y digitado esa cifra en la cuenta corriente de la persona o empresa. En teoría, ahora esa persona puede ir al banco y liquidar la deuda (pedir el cash), pero nadie hace eso, es poco probable que te presten más deuda si le estás sacando dinero real al banco.

La Ley General de Bancos de Chile, y en general las leyes que regulan a los bancos en el mundo, permite que el banco no requiera tener el dinero que dice prestar en forma de deuda, sólo un encaje del orden del 10%.

La persona/empresa asume esa promesa de deuda y comienza a pagar a sus empleados y proveedores de la misma forma: transfiere una promesa de deuda desde la cuenta de su banco a la cuenta del banco de éstos y ahora esas personas tienen en su cuenta virtual un dígito que señala que si quieren hacer líquida esta promesa, es decir si quieren retirar el dinero equivalente al dígito, pueden ir su banco y cobrarlo. En ese caso, el banco del trabajador o proveedor le pagaría el dinero correspondiente y se lo cobraría al banco del dueño de la empresa. Esto se repite para cada transacción que hacemos en base a depósitos bancarios y tarjetas de crédito o débito.

El 90% de nuestra economía funciona sobre la base de este sistema de cancelación de deudas que nunca podrán ser pagadas en su totalidad porque simplemente no existe ese dinero.

¿Implicancias?

Primero, entienda que usted no trabaja por dinero, trabaja por una promesa de pago que jamás podrá ser cumplida pues ese dinero no existe.

Segundo, la propiedad privada deja de existir, pues una persona o empresa se puede hacer de un título de dominio en base a una promesa de deuda y no a dinero.

Tercero, se distorsiona el contrato social, pues no hay incentivos para producir bienes y servicios reales a cambio de dinero real ¿Para qué crear algo real y obtener dinero si puedo crear una deuda y hacerse legítimamente de un bien?

Cuarto, provocas inflación y una economía paralela: la economía del dinero y la economía del crédito. La del crédito sube el precio de todo, pues claro, es sólo una deuda y las deudas las puedes patear a cuatro, ocho y 20 años, así que ¿qué problema hay en pagar tres veces el valor de una propiedad? de todas formas esta se revalorizará aún más, la vendes en un par de años y sacas dinero en la pasada. Claro, eso si te sumas a la "legalidad ilegal" de comprar un bien con deuda y no con dinero. Es legal porque la Ley General de Bancos lo permite, es inmoral porque no da igualdad ante la ley para adquirir propiedad privada.

Quizás recuerde que hace no mucho los ricos se asociaban a la productividad, tenían empresas que tenían fábricas o consultoras que ofrecían servicios; hoy en día los ricos gestionan deuda sin tener dinero, mientras todos nosotros, los trabajadores, aceptamos que nos paguen con promesas deuda para luego ir a comprar al supermercado con esa deuda.

La triste realidad es que entregamos nuestro tiempo y trabajo a cambio de nada.

En diciembre del año pasado estuve en Berlín, ellos tienen internalizado todo esto. Es por eso que cuando vas a comprar a un local, generalmente no aceptan tarjetas, sólo efectivo, ni hablar si muestras una tarjeta American Express (eso sería entregar su trabajo a cambio de una deuda de un banco gringo). Los alemanes saben que al pagar con deuda (débito o crédito) se crean distorsiones sociales irreparables, comenzando por el fin de la propiedad privada, que ya es un hecho.

"'Dadme el control de la moneda de un país y no me importará quién hace las leyes", dijo Mayer Amschel Rothschild, banquero y fundador de la dinastía Rothschild.

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