Chile se encuentra en un momento histórico, en el cual se debe reflexionar sobre ambos los conceptos de crecimiento y desarrollo. Si continúa planteándose como desafío el crecimiento económico (medido principalmente por el PIB) o se pasa a una etapa -que ha tenido en pocos periodos y momentos de su historia- de desarrollo económico. Siguiendo a los autores Acemoglu y Robinson, la clave en los procesos de desarrollo económico está en las instituciones, sobre todo en las instituciones políticas que establecen cómo se ejerce el poder en una sociedad determinada.
Chile está en un proceso constituyente que marca un hito en toda su historia, por su carácter inédito, participativo y paritario, por lo tanto, está en condiciones de fijar nuevas instituciones políticas que vayan determinando y condicionando las demás instituciones del país; las económicas, sociales y culturales con las cuales se va construyendo la nueva sociedad que se quiere refundar.
Por tal motivo es importante reflexionar profundamente respecto de cuáles son estas instituciones políticas que se requieren para regular el ejercicio del poder, que quedarán establecidas en un nuevo texto constitucional.
Una vez definido este proceso constituyente, o mejor dicho en un proceso paralelo, la sociedad chilena tiene que plantearse algunos grandes desafíos que permitan establecer un modelo de desarrollo hacia la prosperidad a todos sus habitantes. Son líneas de acción o líneas estratégicas que podrían ser determinantes en un proceso en el cual Chile tiene que dar un salto, no solamente cuantitativo de crecimiento, sino que cualitativo de desarrollo económico.
En primer lugar, están las características casi únicas de Chile de ser un territorio que cuenta con una gran variedad de climas y paisajes distintos, donde el turismo debería ser una clave del desarrollo del país. Para esto se requiere crear una cultura turística, desde la buena atención -recogiendo un legado histórico de Chile- de acoger amistosamente a toda persona que ingresa al país, hasta generar ciertas condiciones.
Un ejemplo de estas condiciones es el dominio de ciertos idiomas por parte de la población, sin duda partiendo por el inglés, pero no limitado a ello, sino con el conocimiento de una serie de idiomas que uno podría prever necesarios puesto que en las próximas décadas llegarán muchos turistas a Chile. Estamos hablando del chino, del japonés, de lenguas tradicionales de Europa occidental como son el francés, alemán, italiano y el portugués, lo cual nos permitiría hacer mucho más agradable la estadía y más cosmopolita la forma en que se recibirían a los turistas en Chile.
Otro desafío es la incorporación definitiva de todo el borde costero de Chile, conocido como el sector del secano costero entre las regiones de Coquimbo y Los Lagos. Es un sector que no solamente se puede incorporar al turismo, sino también a la agricultura del país. Debe ser la oportunidad de incorporar nuevas tecnologías y de pasar de una agricultura con arraigos arcaicos a una agricultura modernizada, amigable con el medio ambiente y la dignidad de los campesinos, aprovechando las oportunidades que nos presenta una agricultura de secano.
Un tercer desafío dice relación con el buen manejo de los recursos naturales de Chile, no desde la perspectiva de ser un país exportador de materias primas, sino de ser un país que a partir de sus materias primas logra la industrialización de ciertos sectores. No solamente los minerales, como el cobre y litio, que requieren un proceso de renacionalización o recuperación para el desarrollo económico nacional -que el proceso constituyente tendrá que hacerse cargo-, sino que también otras fuentes naturales que dicen relación con la pesca, el agua dulce y otros recursos naturales, donde tiene que haber una política general de recuperación de todas esas materias primas para el desarrollo y una industrialización asociada a ellos.
Un cuarto desafío es respecto al desarrollo de la "materia gris" que se tiene que beneficiar de los niveles educacionales de la población chilena. En diversas áreas Chile puede ser una oportunidad para el desarrollo del "conocimiento" en nuestro país. Algunos son propios de las características del país, como el desarrollo tecnológico asociado a la pesca o a la astronomía, lo cual puede transformar a Chile en una puerta de entrada a la innovación y tecnología para el resto de Latinoamérica.
Un símbolo del avance de estos desafíos podría ser la construcción de un tren rápido que vaya, a lo menos, desde La Serena hasta la Isla de Chiloé, en los próximos 20 años. Un tren de esas características uniría los conceptos expuestos sobre turismo, desarrollo del secano costero, industrialización de los recursos naturales y desarrollo de la "materia gris" local, para transformar en algo concreto el avance de una obra.
Junto con el símbolo del tren rápido, podríamos transformar en el corto plazo toda la cobertura de educación de la primera infancia, de manera tal de formar ciudadanía con una mirada crítica de su entorno y nuevas visiones de los desafíos planteados, partiendo por incorporarlos como sujetos de derechos bajo el paradigma de la Convención de los Derechos del Niño/a (1989).
Tal vez, el mayor triunfo del neoliberalismo ha consistido en hacernos creer que la prosperidad de un país está en la economía. A lo mejor, la principal lucha contra el neoliberalismo es hacer ver que es desde la política donde se construye el verdadero desarrollo de una sociedad.
El proceso constituyente lo está demostrando, la palabra la tienen los pueblos de Chile.
Desde Facebook:
Guía de uso: Este es un espacio de libertad y por ello te pedimos aprovecharlo, para que tu opinión forme parte del debate público que día a día se da en la red. Esperamos que tus comentarios se den en un ánimo de sana convivencia y respeto, y nos reservamos el derecho de eliminar el contenido que consideremos no apropiado