Desafíos para la CMF y la industria fintech
Por fin en Chile está vigente una regulación para la industria fintech, establecida por ley. Una larga aspiración de los actores que brindan servicios innovadores apalancados en tecnologías digitales, los que han permitido introducir competencia y potenciar la inclusión financiera.
Una excelente noticia, sin duda, pero si alguien piensa que está todo listo desde el 3 de febrero de este año, día en que entró en vigencia dicha legislación, está equivocado, ya que tanto las empresas del área como la Comisión para el Mercado Financiero (CMF) tienen múltiples desafíos por delante.
Los principales retos corresponden a los reglamentos que este organismo debe dictar para una correcta implementación de una regulación inédita en Chile. Proceso que tomará más de un año dada la complejidad de una industria financiero-digital que agrupa varias actividades muy distintas entre sí.
Por ejemplo, la CMF tiene que normar las operaciones de criptomonedas, industria que enfrentó complejidades de público conocimiento en Estados Unidos precisamente por ausencia de regulación; medios de pagos alternativos; plataformas de inversiones, crowdfunding y lending, entre otros.
En este mismo ámbito, es de esperar que esta autoridad mantenga una comunicación fluida con sus nuevos regulados durante la redacción de dichas normativas, porque cualquier error puede desencadenar en el futuro un problema tanto para los proveedores de estos servicios, como sus usuarios.
Los actuales y futuros actores de la industria también enfrentamos nuestro propio desafío al respecto, los cuales implican procesos, inversiones, recursos humanos y tecnológicos que nos permitan cumplir y adecuarnos de manera ágil y eficaz a este nuevo escenario regulatorio, hasta hace poco inexistente.
Después de este proceso, sólo queda esperar que el Gobierno y el Congreso velen para que otros proyectos de ley en discusión, como el de Deuda Consolidada, el de Protección de datos, y el de Firmas Digitales Avanzadas no afecten negativamente la Ley FinTech, en particular el sistema de finanzas abiertas, esquema que nos abrirá las puertas para convertir a Chile un hub financiero y tecnológico regional.
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