Exijo mi pago

Cuando cualquier chileno incurre en un atraso al pagar sus deudas se le castiga su morosidad con intereses y gastos de cobranza. Si al ciudadano de a pie se le exige cumplir con sus obligaciones, ¿por qué la gran empresa no debiese estar sometida a las mismas reglas?

Las micro, pequeñas y medianas empresas generan prácticamente el 50% del total de trabajadores dependientes de nuestro país.  Pese a su rol, para  nadie es novedad que las grandes empresas - facturación sobre  $22.000 millones - imponen a las Pymes sus  condiciones.

Uno de los ejemplos más ilustrativos es  el pago de sus facturas en plazos que pueden llegar abusivamente hasta los 180 días. Las Pymes, en la gran mayoría de los casos, se ven obligadas a aceptar esas condiciones  ya que no pueden arriesgarse a perder a sus grandes clientes o los canales de comercialización de sus servicios o productos.

Pero mientras las Pymes perciben los ingresos de sus facturaciones en plazos de hasta 180 días, deben cumplir sus obligaciones tributarias y  laborales cada 30.  Así, se les produce una falta de liquidez que deben enfrentar recurriendo a mecanismos como los factoring que les adelantan el monto de sus facturas, pero aplicándoles tasas de descuento. Incluso, se ha llegado al extremo del abuso, a través del sistema “pronto pago”, donde las grandes empresas ofrecen ‘adelantar’ el pago de las facturas que ellas mismas adeudan, pero también con un descuento.

Es urgente aplicar medidas que tiendan a  “emparejar la cancha”, subsanando las asimetrías entre empresas.

Proponemos la consagración legal del interés máximo convencional a los montos facturados que no se paguen dentro de los 30 días siguientes a la fecha de recepción de la respectiva factura, no negociable, asignándole un costo a este “préstamo” obligado.

Creemos también que se debe limitar el acceso al crédito IVA solo respecto de facturas pagadas. Actualmente nos encontramos ante el absurdo de que una empresa que paga las facturas a su proveedor en 60, 90 ó 120 días, tiene derecho a crédito IVA al mes siguiente al cual registró tales facturas en su contabilidad. Es decir, el Fisco de Chile otorga beneficios a empresas respecto de obligaciones que no han cumplido.

Debe generarse, además,  un registro público, a cargo del ministerio de Economía, que dé cuenta de aquellas grandes empresas que tienen como práctica comercial el pago de facturas a Pymes por sobre un determinado plazo desde su recepción y, más aún, que tengan sistemas de “pronto pago” al cual deben recurrir sus proveedores si quieren recibir un pago oportuno de sus servicios o productos, tal como la Dirección del Trabajo lleva un registro y publica el listado de empresas que han sido condenadas por prácticas antisindicales.

Si el objetivo es incentivar el crecimiento y generar empleo, no es ético ni justo permitir  prácticas que asfixian a pequeños empresarios y emprendedores, estresándolos cada mes por cumplir sus obligaciones tributarias y laborales porque la gran empresa no ha cumplido la principal: pagarles su trabajo.

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