Gobernar con letreros camineros

Los publicistas utilizan  la gigantografía (letreros camineros de dimensiones gigantescas), para enviar mensajes que pretenden modificar, de alguna manera, conductas que son generalmente de consumo para aumentar sus ventas.

Actualmente en política, existe algo similar, de discutir temas más bien con grandes títulos y muy poco sus contenidos con políticas futuras. Ha pasado también  en el ámbito educacional, tributación y laboral.

El tema tributario es una gran gigantografía, cuyo objetivo central es lograr mayor inversión. No cabe duda de su importancia, pero me gustaría  referirme, que es errado que sólo depende de ella para lograrlo.

Algunas reflexiones sobre el tema.

1. Muchísimo más importante es la “paz social”. Sería interesante preguntarse  ¿si invertirían en  Venezuela, si se tuviese 0% impuesto? ¡¡no!!

2. Se habla mucho  del pago del impuesto  de la empresa. Con el ánimo de no engañar a nadie, haré una afirmación que generará  polémica, las empresas  no pagan impuestos a las utilidades, pagan los accionistas.

Me explico, si se llegase a utilidades de $100, la empresa pagaría $27 del tácito impuesto, (siempre que se apruebe así el proyecto), que cuando se repartan los $100  como dividendos, los $27 pagados como impuestos, el accionista lo considerará como  un voucher  que sólo  sirve para pagar sus impuestos.

3. El hecho de simplificar los impuestos, no cabe duda que beneficiaría a las  Mipymes,  más aún si su tasa fuese menor, caerá en la  justicia tributaria.

4. Pero la mayor injusticia tributaria, es que existan 2 tipos de inversionistas con tratamientos especiales.

Los inversionistas obligados, que son  los trabajadores que deben ahorrar en las Afp, (para su jubilación) que a su vez inviertan en empresas llamadas “afepeable”. Ellos  al repartir dividendos, van a sus cuentas individuales, pero no tienen derechos al voucher ($27) de los impuestos pagados por las empresas.  ¡Injusticia Tributaria!

Los inversionistas voluntarios, sí tienen todos los derechos del punto 2. Esto significa que los inversionistas voluntarios reciben $127, mientras los inversionistas obligados solo $100.

Nunca debemos olvidar  que una “reforma tributaria”, su objetivo es aplicar la  prueba de la blancura, logrando en último término justicia tributaria, emparejar la cancha  y mejorar la redistribución del ingreso después de impuesto.

5. El proyecto logra  un “lázaro tributario”, de  volver al Fut en vida. Tema que requiere un profundo análisis.

Quisiera hacer la última  reflexión, que  nace de comentarios de los gremios empresariales al tener una gran preocupación del rumbo que ha tomado el proyecto tributario, que pareciera afecta la actual inversión. Toda la razón de ello, pero nosotros los gremios empresariales, también deberíamos “pegar el grito en el cielo” por el “proyecto de capacitación” que si afecta muchísimo la inversión en capital humano.

Este tema lo dejaré para la próxima columna.

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