¿Impulso competitivo o emparejar la cancha?

El  ex ministro Fontaine ha criticado a su sucesor el ministro Logueira por desarrollar prácticas cortoplacistas similares a las que desarrollaba lo que él llama la vieja derecha.

La verdad es que a Fontaine no parece gustarle que se ponga, al menos en algo, coto a los inmensos abusos que las empresas que mantienen posiciones monopólicas en las ventas y monopsónicas en las compras contra los consumidores y sus proveedores y/o compradores que son micro, pequeñas y medianas empresas.

A las colusiones groseramente abusivas de las farmacéuticas, los polleros, las grandes cadenas de supermercados, debemos agregar las malas prácticas.

En primer lugar del sector financiero que cobra a las micro y pequeñas empresas tasas de interés (cuando le hacen préstamos) que sólo podrían ser financiadas con negocios ilegales; la política de descuentos por volumen de todas las grandes empresas proveedoras de insumos básicos como la madera, el acero, el cemento, lo que significa que los chicos compran mucho más caro que los grandes compradores quedando en condiciones muy desmejoradas para competir.

Por lo anterior es que planteamos primero al  ex ministro  Juan Andrés Fontaine, quien desechó de plano nuestras propuestas y luego al ministro Longueira, quien ofreció estudiarlas, la necesidad de constituir una Mesa Pyme que haga primero un diagnóstico del sector, que intente establecer las causas y razones por las que nuestra pequeña empresa, a pesar de generar alrededor del 80% de los empleos privados genera menos del 15% del Producto Interno Bruto, y que determine qué políticas públicas deben implementarse para de verdad permitir a las empresas pequeñas competir en igualdad de condiciones con los grandes.

No es democrático que la diferencia de tamaño le permita a los grandes tener productividades mucho más altas que los chicos.

El Proyecto Impulso Competitivo originalmente desarrollado por Fontaine, sin embargo, se formuló para detectar los obstáculos que impedían un mejor desarrollo de los mercados, pero su foco estuvo y está en los problemas que tienen las grandes empresas para mejor desarrollar sus planes.

Se establecieron diez  mesas de trabajo, nueve eran sectoriales, pero en ellas no se diferenciaban los problemas de los chicos respecto del problema de los grandes, en ellas estuvieron la Sofofa, la SNA, La CNC, la CPC, la SONAMI y otros grandes conglomerados que representan a la gran empresa, los que expusieron y plantearon soluciones; de los problemas de los chicos en esos nueve sectores nada.

La décima mesa fue la mesa pyme, en ella, y con el consenso de todo el Sector, Conupia planteó un conjunto de medidas para allanar dificultades del sector y emparejar la cancha: resultado, el ministro Fontaine señaló que no estaba de acuerdo y listo.

Con el ministro Longueira partimos de cero (nos pasaba algo similar con los ministros de economía de los gobiernos de la concertación, cada vez que había cambio, todo de nuevo), el ministro planteó a un mes de haber asumido, que detectáramos 10, 20, 50 “lomos de toro” como les llamó, que obstaculizaban el desarrollo de la micro y pequeña empresa.

Los gremios de la micro y pequeña empresa, tenemos clarito al menos los diez  principales problemas que enfrentamos, que se pueden agrupar en tres grandes grupos: dificultades para acceder a los mercados, dificultades y costos del financiamiento y dificultades para acceder al conocimiento (datos, informaciones, competencias, tecnología, comunicaciones).

Hasta la fecha no se ha constituido la mentada mesa Pyme convenida con el ministro.

Este es el escenario en que el ministro anuncia las “nuevas 10 medidas del impulso competitivo”, medidas no conversadas con las pymes, y que en esencia son más de lo mismo que hizo en su oportunidad el ministro Fontaine.

Veamos por parte: una cantidad de esas medidas tiene que ver con la modernización del Estado (2-Masificación del Uso de Factura Electrónica; 4-Notarios y Conservadores; Mayor Transparencia, Eficiencia y Uso de Medios Tecnológicos; 5-Integración y Desarrollo Digital de las Municipalidades; 10- Perfeccionamiento Normativo para Pesaje de Camiones).

Dos de ellas son anuncios de intenciones (3- Impulso Laboral para Jóvenes Estudiantes; 6- Inclusión Financiera: Masificación de los Medios de Pago Electrónicos).

Tres tienen al parecer destinatarios que no son precisamente las mipymes (7-Reimpulso a la Industria Chilena del Litio; 8-Proveedores Mineros de Clase Mundial; 9- Concesiones Acuícolas Transables).

Destacamos sí la utilidad de una Segunda Oportunidad para Emprender, siempre y cuando la banca no considere el Dicom, y el Estado asegure acceso al financiamiento al que desee reemprender, Masificación del Uso de Factura Electrónica, sujeto a que el Estado, al igual como lo ha hecho con la educación y con el agro, dote de equipos básicos y conexión a internet banda ancha por un año sin costos.

Claramente, las medidas del Impulso Competitivo no tienen como su eje central el emparejamiento de una cancha (el mercado) en la cual a los chicos se les hace cada día más difícil jugar.

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