La automatización e industrialización primero requieren cambiar la mirada de gestión

La industrialización de la construcción comenzó a discutirse en Chile como una solución a los problemas originados por el terremoto de Valdivia en 1960. En los años posteriores, las eficiencias de la técnica mejoraron la competitividad de las empresas privadas, y el concepto volvió a tomar fuerza a partir del año 2000 como respuesta a las necesidades de productividad y sustentabilidad de la industria. Sin embargo, fue en la Hoja de Ruta del programa Construye2025 donde adquirió mayor relevancia y articulación. Este programa aceleró el desarrollo de la industrialización a través de la promoción y capacitación mediante el Consejo de Construcción Industrializada (CCI) y el Centro Tecnológico para la Innovación en la Construcción (CTeC), con su parque de prototipaje a escala real.

¿Cuáles son los elementos básicos de la industrialización? La construcción industrializada se basa en los procesos de fabricación que introdujo la Revolución Industrial a mediados del siglo XVIII en Gran Bretaña. La esencia de la industrialización radica en la planificación detallada del proceso, las etapas y los resultados, promoviendo la identificación temprana de errores y la implementación de mejoras continuas.

Otro principio clave es la estandarización de procesos, materiales y componentes, lo que reduce la variabilidad y los errores. La producción en serie y a gran escala permite generar economías de escala y fomentar la mejora continua. Esto se complementa con la eficiencia lograda a través de la mecanización y automatización de procesos, junto con el control y la división del trabajo en etapas especializadas que facilitan la inspección de calidad en ambientes controlados. La industrialización habilita los sistemas de producción total, que se basan en la integración y articulación de todos los procesos, tanto aguas arriba como aguas abajo, incluyendo la logística y el montaje.

En Chile, la construcción industrializada no cuenta con una normativa específica, pero se rige por un conjunto de regulaciones generales, como la Ordenanza General de Urbanismo y Construcción (OGUC), el Certificado de Uso de Sistemas Constructivos No Tradicionales (CVT) del Minvu y los manuales de viviendas sociales del mismo organismo. También se aplican normas técnicas como NCh433, NCh170, NCh427, NCh218 y NCh3331. Adicionalmente, se utilizan guías y recomendaciones del programa Construye2025 y certificaciones voluntarias que evalúan la sustentabilidad y calidad de los procesos.

En Idiem entendemos que la industrialización es una estrategia efectiva para incrementar la velocidad y productividad de los procesos constructivos, manteniendo tanto la flexibilidad como la capacidad de adaptación. Para lograrlo, consideramos fundamental fomentar la estandarización de la información relacionada con componentes y materiales. Por ello, participamos activamente en las discusiones sobre normativas que facilitan estos procesos.

Además, reconocemos que la formación de profesionales es un pilar esencial. Cada profesional no solo debe saber realizar su trabajo, sino también identificar maneras de optimizarlo. Este enfoque refleja nuestro compromiso con el aprendizaje y la mejora continua.

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