En su última Cuenta Pública, el Presidente anunció que antes de finalizar el año 2024 será ingresado al Parlamento el proyecto de ley de negociación ramal, tras la entrega de las conclusiones de la mesa de trabajo tripartito -Gobierno, empresarios y organizaciones sindicales- la que debiera iniciar sus funciones a partir de las primeras semanas de julio.
El anuncio provocó el alegato desde el gran empresariado, que hasta ahora no ha dado muestras claras de estar disponibles para el diálogo en este tema, reduciendo la propuesta a los slogans que generan buenos titulares en cualquier medio de comunicación: "Propuesta ideologizada", "impide el crecimiento" y "bloqueo a la productividad"; todas frases para la galería y que solo busca impedir cualquier mejora a las condiciones laborales de hombres y mujeres.
Pero la negociación, instancia de comprobada eficiencia a la hora de mejorar condiciones laborales, salariales, de vida de las y los trabajadores en las economías más importantes del planeta, es también una herramienta que nos permitiría a las mujeres trabajadoras reducir la brecha laboral con los hombres, la que hoy, según un reciente estudio de la consultora BUK establece que la brecha salarial en Chile alcanza 27%.
Parte importante de esta brecha es a propósito del rol de cuidados de niños, adultos mayores y personas enfermas, junto con la penalización de la maternidad, vergonzosa discriminación con las madres y mujeres trabajadoras que cumplen dobles (incluso triples) roles en sus hogares.
La brecha salarial en el país es un hecho constante en el tiempo, graficada también en el Quinto Reporte de Indicadores de Género en las Empresas en Chile 2023 -publicado este 2024 y que analiza las empresas inscritas en la Comisión de Mercado Financiero (CMF)- donde se expresa un alza durante el año pasado de 0,8% en los cargos medios y de 3,1% en los cargos directivos. Esto es una muestra gráfica de un sector importante de la economía, pero el hecho se repite en los diferentes espacios de trabajo, sea público o privado.
A pesar de la cantidad importante de información, hasta ahora no se perciben medidas concretas que incentiven recortarla en un principio, hasta alcanzar niveles de equidad laboral para mujeres y hombres que cumplan labores similares, entregando un valor al trabajo.
¿Cómo entra la negociación ramal en esta discusión? En palabras de la académica de la Universidad Austral e Investigadora Asociada del Centro de Estudio de Conflicto y Cohesión Social Francisca Gutiérrez, "la negociación ramal es más eficaz que la negociación de empresa para generar estos incentivos, pues empareja la cancha entre las unidades productivas". Parte de estos incentivos están en equilibrar la cancha entre mujeres y hombres en materia salarial, aún más cuando se cumplen con las mismas tareas.
La discusión de la negociación ramal viene a actualizar y renovar el escenario laboral del país, en tiempos en que las economías y desafíos exigen de más diálogo y de iniciar mecanismos que permitan dar respuestas a las demandas impulsadas por la ciudadanía que radican en la desigualdad que tiene nuestro país, donde la negociación ramal es de los instrumentos más efectivos para emparejar la cancha, por lo que no queda margen para escabullirse a este debate.
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