Hoy en día, hacer minería en el mundo es muy difícil, pero existe un dilema perverso como, por ejemplo: las comunidades se oponen a la minería, pero para combatir el cambio climático se necesita de manera urgente muchos minerales, entonces qué hacer.
La minería es una de las industrias cuya característica distintiva son los riesgos asociados a la inversión durante toda la vida del proyecto, además la incertidumbre siempre presente durante toda la vida de la mina, esto la hace una industria especial que debe preocuparse de manera permanente de los riesgos desde la alta gerencia y nunca bajar los brazos, pues los riesgos más peligrosos son aquellos que aún no se descubren.
Es imperativo identificar adecuadamente los riesgos de la alicaída industria minera, que cada vez enfrenta más zancadillas del mundo político, así es muy difícil desarrollarla y hacerla crecer. El rechazo de buenos proyectos como Mina Invierno, los bronces subterráneos y ahora proyecto Dominga es una tormenta perfecta de cómo nuestro propio país se da un tiro en los pies.
Chile, cuyo gasto público ha crecido más que su crecimiento económico, lleva al país a un endeudamiento incontrolable e irresponsable con las próximas generaciones, entonces es importante analizar los riesgos tanto internos como externos que enfrenta nuestra minería. Recordemos que la magnitud de riesgos se define como la probabilidad por la consecuencia, como también se define el grado de peligrosidad = consecuencias x exposición x probabilidad, entonces se constituye el llamado poder de los riesgos, cuya ocurrencia podría ser dantesco para el negocio minero pues destruye valor y las pérdidas podrían ser catastróficas.
La pregunta orientadora es: ¿realmente todas las compañías mineras tienen una política clara y exacta del manejo de riesgos empresariales, apetito, tolerancia y umbral del riesgo? Chile como política pública claramente no la tiene.
Dentro de los mayores riesgos que enfrenta la minería chilena actualmente y en el futuro son entre otros los siguientes:
En resumen, la minería enfrenta y enfrentará muchos riesgos internos y externos en los próximos años, cuya gestión de riesgos empresariales serán claves para la correcta administración y gobernanza, y así darle una continuidad al negocio, lo grave podría ser la falta de nuevas inversiones, un decrecimiento del sector y la falta de nuevos proyectos por la incertidumbre de nuevos rechazos unilaterales, solo por la opinión política de los gobiernos de turno.
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