Por todos es sabido que el Estado necesita recaudar más dinero a la hora de disponer de recursos que vayan en ayuda de los más necesitados y la clase media en nuestro país, sobre todo, las personas que han perdido sus trabajos o que no pueden acudir a sus empleos producto de las cuarentenas que afectan a casi todo el país.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha llamado a subir los impuestos a los más ricos y a las empresas rentables para pagar la cuenta o el vacío fiscal de la crisis sanitaria y económica.
En Chile, luego de varias discusiones, se ha generado consenso entre los diferentes partidos políticos de que es necesario este gravamen considerando los argumentos a favor y en contra como es el escape de capitales hasta jurisdicciones con menores tasas. El asunto está en la forma en que se ejecutará y cuánto se podría recaudar. Una de las propuestas es la de diputados de Chile Vamos, que en particular tiene por objetivo recaudar entre 5.000 millones y 20.000 millones de dólares.
El proyecto apunta a dos mecanismos de recaudación, siendo el primero una ventana transitoria para gravar los dineros acumulados en el Fondo de Utilidades Tributarias (FUT). Así, los contribuyentes que tributen en base al Régimen Pro Pyme estarán afectos a un gravamen único de 5% sobre los saldos; mientras que para el resto el impuesto será de 10% para aquellos que se acojan a él entre la fecha de publicación de la ley y hasta el 31 de diciembre de 2021; y de 20% para quienes lo hagan entre el 1 de enero de 2022 y el 31 de diciembre del mismo año. Esta indicación también incorporará a los Fondos de Inversión Privados (FIP), que podrán tributar por 10% o 20% dependiendo del año en que se acojan.
El otro ajuste presentado en esta legislación considera reabrir una ventana ya vigente entre 2014 y 2015, para declarar bienes o rentas que se encuentren en el extranjero. A esto se le llama repatriación de capitales.
Cabe considerar que los impuestos al patrimonio han fracasado en todas partes del mundo, como en los países OCDE donde se ha aplicado la idea, ya que de los 13 países de esta organización que han implementado este tributo en algún momento de su historia, sólo tres lo continúan aplicando. Por otra parte, impuestos al FUT, con beneficios dependiendo del año en que se retira, ventanas para la repatriación de capitales, son fórmulas que ocupó la ex Presidenta Michelle Bachelet y funcionaron, y son fórmulas que queremos volver a aplicar porque recaudan más y hacen menos daño a la inversión futura.
En relación con la propuesta de la diputada Camila Vallejo, "impuesto a los súper ricos" (que crea un tributo al patrimonio de las personas desde US$ 22 millones), cambiamos el texto por uno que recauda 10 veces más, pues el objetivo final es ése, que el Estado pueda generar más ingresos y al mismo tiempo no desincentivar la inversión futura.
Lo peor que podría ocurrir es que los grandes patrimonios y fortunas se fueran del país, porque necesitamos más que nunca los empresarios y millonarios del país se pongan la mano al bolsillo para superar esta pandemia que ha provocado la pérdida de más de 2,3 millones de empleos.
Este impuesto es necesario para las circunstancias extraordinarias que estamos viviendo y se puede considerar incluso como parte de las políticas de Responsabilidad Social de las grandes corporaciones, pero claramente hay que hacerlo por la vía institucional y no por otras en que el cálculo del patrimonio (cuando no son activos líquidos) puede ser tan difícil como encontrar una aguja en un pajar.
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