Asistencia escolar y reactivación educativa: promesas vacías

La asistencia a clases es un componente fundamental de la experiencia en la escuela y un predictor muy fuerte del rendimiento académico. Es también un indicador del estado del sistema, cuando se observa en el agregado, y permite evaluar su desempeño sobre la marcha del año escolar. Hace poco hemos conocido los indicadores de asistencia escolar en el sistema durante marzo de 2025. Los resultados no son buenos.

Más de 700 mil estudiantes presentó inasistencia grave durante marzo, es decir, asistió a menos del 85% de las clases. La inasistencia grave afectó a 24,1% de los alumnos y aumentó en todas las dependencias administrativas. Se observó en mayor proporción en la educación parvularia (32,2%), donde además la brecha respecto a antes de la pandemia es la mayor de todos los niveles de enseñanza. Afectó desproporcionadamente a los estudiantes de colegios municipales (26,8%) y dependientes de Servicios Locales de Educación Pública (SLEP; 33%).

Los datos anteriores muestran que en marzo de 2025 no sólo empeoró aún más la situación de la asistencia escolar en el sistema, en 1,4 puntos porcentuales, sino que además el problema se presenta de forma más grave en aquellos estudiantes que tienen mayor probabilidad de ser vulnerables. Son estos estudiantes los que están en peligro de desertar del sistema, perder oportunidades irrepetibles y ser captados por las redes de la delincuencia y del narcotráfico.

No sólo es la asistencia escolar la que se muestra deteriorada y lejos de los niveles observados en los años anteriores al cierre de escuelas por el Covid-19. También es la convivencia escolar: las denuncias por motivos relacionados, ingresadas a la Superintendencia de Educación, llegaron a un máximo histórico de 13.970 en el año 2024. A esto se suma que 64% de los estudiantes de 4° básico que rindieron el Simce, en dicho año, fue víctima de burlas o molestias por parte de otros compañeros.

El Presidente Gabriel Boric dijo, en la Cuenta Pública de 2024, que el Gobierno estaba "recuperando los rezagos educativos de la pandemia"(1). Sin embargo, en dos de sus principales elementos, como lo son la asistencia y la convivencia escolar, no se exhiben signos de recuperación tras más de 3 años de gobierno. En el otro elemento principal de la recuperación -los aprendizajes-, los signos son leves y claramente insuficientes. Si bien hubo mejoras en 4° básico en 2024, la generación que estaba en 4° básico en 2022 -y que exhibió un daño muy significativo post pandemia- no se ha recuperado, como lo muestran sus resultados en 6° año de básica.

Podemos decir con toda seguridad que la idea de recuperar lo perdido por la pandemia ha sido abandonada, si alguna vez estuvo en la agenda del Gobierno. Tampoco hay nuevos recursos para la educación escolar, que recibe 1% del aumento del presupuesto del área. Las verdaderas urgencias de la educación en Chile han sido relegadas a un segundo plano, mientras que la gestión del Gobierno ha estado abocada a proyectos de ley ideológicos y a satisfacer a grupos de presión.

(1) S.E. el Presidente de la República, Gabriel Boric Font, realiza Cuenta Pública 2024

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