Cada día cuenta

En Fundación Súmate sabemos que la lógica del regreso al año escolar de los alumnos en riesgo de abandono o en franca exclusión del sistema es distinta al del resto de los estudiantes. Para los excluidos, marzo puede ser igual a diciembre. O a agosto. Ellos han perdido un calendario que para la mayoría de los niños, niñas y jóvenes es central en estos 12 años cruciales de la vida, la etapa escolar. Que organiza y define su día a día. Que los forma.

En el caso de los excluidos -los mal nombrados "desertores" del sistema- la decisión de volver a clases, de retomar estudios, no parte necesariamente en marzo. Puede darse en cualquier momento. Y es una opción virtuosa siempre, porque la escuela, con todos sus bemoles, es un espacio protector para niños y jóvenes. Y, aunque hoy desgraciadamente la educación no es vista por la mayoría como "la" herramienta de promoción social por excelencia, en la realidad sigue siéndolo. En especial, para quienes nacen y crecen en pobreza.

Así es que, si bien nuestra realidad no está jugada por completo en marzo, Súmate se suma con fuerza a la campaña liderada por Fundación Presente. Así como lo nuestro es el reingreso escolar, el tema de ellos es la asistencia plena, desde el primer día de clases. Y a eso están convocando con fuerza y argumentos.

Sus mensajes son elocuentes y están dirigidos tanto a estudiantes como a padres, apoderados y comunidad escolar. Dicen: "Motivemos la asistencia desde el primer día". "Cada día cuenta", "Más aprendizaje, mejor rendimiento y hábitos para toda la vida. ¡No alargues las vacaciones!".

Los datos que sustentan la campaña le dan peso y permiten aquilatar la importancia del llamado. Antes de la pandemia, uno de cada tres estudiantes en Chile presentaba ausentismo crónico. Hoy, el 53% de los estudiantes falta un mes o más a clases a lo largo del año, lo que tiene comprobadas consecuencias negativas: menor aprendizaje, bajo rendimiento y mayor riesgo de abandono escolar.

El 83% de los niños y niñas que faltan dos o más días de clases en marzo, terminan el año con ausentismo crónico. O abandonando el sistema. Una cosa lleva a la otra.

Por eso suscribimos su campaña y sus mensajes, como éste, orientado a los adultos responsables: "¿Sabías que el ausentismo crónico afecta el aprendizaje y las oportunidades futuras? Faltar regularmente puede generar dificultades sociales y académicas que se arrastran por años. No dejes que el ausentismo ponga en riesgo el futuro de los estudiantes. En 2025, hagamos de la asistencia una prioridad".

Para la mayoría de los estudiantes chilenos, marzo define el resto del año escolar, porque como dicen en Fundación Presente cada día importa, afirmación a la que nos plegamos con convicción. Y desde Fundación Súmate agregamos otra: para los niños, niñas y jóvenes que han abandonado el sistema escolar, da igual el mes en que regresen. Lo importante es que lo hagan. Marzo, con la asociación común que todos hacen con listas de útiles, uniformes, recuperación de las rutinas, término de las vacaciones, puede ser un espléndido impulso. Hacer lo que hacen los demás sobre todo en una etapa de formación y búsqueda de identidad es un signo de inclusión. De ser considerado. De estar dentro.

A eso los invitamos nosotros: a recuperar el tiempo perdido, a volver a clases, a reingresar a un sistema que, en Súmate, se adapta a la realidad de cada niño, niña y joven, sin juicios ni sermones. Genial si decides regresar en marzo, pero lo mismo da si es en abril o en mayo. Mucho más clave que el mes, es hacerlo con la convicción de que volver a la escuela salva.

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