El ausentismo de la educación en las candidaturas presidenciales

A la hora de pasar lista a las propuestas de los candidatos a la Presidencia, educación hasta ahora no ha dicho presente. Si bien hemos escuchado intervenciones muy puntuales, la mayoría de la discusión pública ha estado dedicada a la seguridad, a darle más poder a las fuerzas de represión, a construir al inmigrante como sujeto peligroso al que debiésemos expulsar. El siempre limitado presupuesto se restringe aún más en el contexto del necesario recorte fiscal y se destina al control y castigo.

El próximo gobierno tendrá un rol clave en la implementación del mayor cambio que ha experimentado nuestro sistema educativo, terminar el traspaso de la educación pública a los Servicios Locales de Educación Pública (SLEP), desde los municipios. A esto se suma el financiamiento en educación superior y el aumento de la cobertura en educación parvularia. Si bien pareciera haber acuerdo respecto de esto último, el candidato Kast propone que lo financie el Estado, a la vez que propone recortar gastos, por lo que no queda claro cómo pretende cuadrar la caja. También ha propuesto aumentar la selección de estudiantes en establecimientos escolares, sin hacerse cargo de la evidencia de los nefastos efectos que esto ha tenido en nuestro país: segregación del sistema, educación para ricos y para pobres, concentración de los niños marginados en ciertos establecimientos.

Esto crea un caldo de cultivo para la delincuencia, donde el crimen organizado ofrece no sólo dinero, sino un lugar en su organización, a niños a los que les hemos dicho que no pueden estar en los colegios buenos y, por extensión, que no tienen un lugar en el futuro de nuestra sociedad.

Con escuelas homogéneas, como consecuencia de la selección, es imposible pensar un sistema educativo que sea instrumento de cohesión social desde el comienzo, con una educación inicial cuyas puertas estén abiertas no sólo para quienes no tienen otra opción, sino para todos los niveles socioeconómicos, convirtiendo la educación en un lugar de encuentro y no de segregación. O en una convivencia escolar que no dependa sólo de sanciones, sino del encuentro entre personas diversas en el espacio escolar, donde efectivamente sea posible aprender a convivir con esa diferencia.

En los programas podemos encontrar más pistas acerca del proyecto educativo de ambas candidaturas, sin embargo, poco de esto ha aparecido en debates y entrevistas. Vemos al candidato Kast proponer derribar los cimientos construidos por la reforma educativa 2014-2018, alegando un estado crítico de los SLEP, lo que se contradice con la evidencia de los recientes estudios acerca de su implementación. Por otra parte, la candidata Jara propone fortalecer y modernizar esta estructura. Nada de esto, sin embargo, se ha discutido en foros públicos, lo que permitiría hacer partícipe a la ciudadanía de estas definiciones cruciales en el campo educativo.

En general, la evidencia no muestra un estado crítico de la educación en nuestro país. Los indicadores nacionales e internacionales, desde la OCDE hasta Unicef, muestran un nivel destacado en la región, pero con pendientes respecto de Europa y dificultades para seguir avanzando. Las políticas de control mediante puntajes Simce han tocado techo y dan cuenta de la necesidad de avanzar en cuestiones más profundas que optimizar la manera en que los niños responden pruebas de alternativas.

En los últimos años hemos visto una recuperación de indicadores de la presencia de estudiantes en las escuelas, que se ha recuperado pospandemia, desde un máximo de 37% de inasistencia grave en 2022 a 27% en 2024; y de 1,7% de desvinculación escolar en 2023, a 1,5% en 2024. Así, nos acercamos a los indicadores prepandemia. Sin embargo, la sola presencia no es suficiente, es necesario avanzar para que todos los alumnos logren aprender y participar, especialmente aquellos que han sido marginados en otros ámbitos de la sociedad. Que vivan una escuela que les da un lugar donde ellos importan y son valiosos, no sólo un problema a resolver.

En esta segunda vuelta, esperamos ver aparecer el tema de educación retome protagonismo y aparezca con más fuerza en la discusión pública, porque no alcanza con poner el foco en las emergencias de hoy, necesitamos prevenir los problemas de mañana y eso se logra enfocándonos en nuestros niños/as y jóvenes hoy. Para eso, los candidatos tendrán que mostrarnos el futuro al que aspiran, porque hablar de educación es siempre hablar de un horizonte de largo plazo.

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