El autocuidado como herramienta antes de una prueba importante

El próximo lunes se dará inicio al proceso de selección universitario con la Prueba de Transición para la Admisión Universitaria (PDT), momento que requiere no sólo de la preparación académica, sino también de una más psicológica, de disposición y actitud.

Para ello, es importante recalcar ciertas aristas claves al momento de dar esta prueba: en primer lugar, enfocada en aquellas personas que cuando se enfrentan a una situación muy relevante lo niegan, donde prefieren no pensar hasta que inminentemente afronte la situación. Acá la idea es encontrar y sugerir que las personas lo piensen antes y se preparen personalmente, que prevean. Antes de la pandemia era común ir a conocer el lugar físico para sentirlo más cercano y natural.

Por otro lado, tenemos a la gente más calmada y los por naturaleza ansiosos. Estos últimos requieren practicar ejercicios de relajación días antes e incluso en el mismo momento si se sienten perturbados o bloqueados. Tomarse unos minutos para hacer ejercicios de respiración es una ayuda, que incluso, se puede practicar días antes.

Es acá donde se hace importante el autocuidado. La comodidad física, desde pensar en lo que voy a vestir, que sea cómodo, holgado, fresco si hace calor o con la posibilidad de abrigarse si hace frío. En términos de alimentación, tomar desayuno, no en exceso, pero sin saltarlo. Cualquier inquietud o preocupación que perturbe o los mantiene preocupados, solucionarlo antes o dejarlo (para abordarlo, enfrentarlo y solucionarlo después). Los últimos días antes de darla hay que bajar las revoluciones y estar más tranquilo. Eso influye para vivir ese día de la prueba como uno más rutinario.

En ese sentido, se recomienda no estudiar antes, da más fruto lo que se tiene ya asentado en conocimientos y habilidades. Caminar, hacer un poco de deporte (no un día antes o muy intenso, llevamos a la práctica 3 o 2 días antes), baños de tina, jugar con mascotas, todo lo que signifique autocuidado y llevarlo a la práctica dos días es muy bueno.

Quizás uno de los aprendizajes que nos está trayendo la pandemia es la importancia de incluir el autocuidado personal como una materia que estaba pendiente, y entendido como bienestar físico, emocional, social y espiritual. Aprender a cuidar y a cuidarse como una práctica cotidiana y de responsabilidad personal. En este sentido la prueba es una experiencia importante, pero no queda exenta de incluir estos aprendizajes nuevos sobre el cuidado personal.

Al momento de dar la prueba

En términos muy prácticos, cuando se rinden las pruebas siempre la sugerencia es abordar lo que una maneja más fácil primero, se puede responder de forma espontánea con mayor seguridad y lo que se vea más complejo, en vez de verse estampado en esto, hay que saltarlo y dejarlo marcado, y volver después de eso, pero no quedarse en lo que genera dificultad ya que aumenta la sensación de desconfianza, inseguridad y bloqueo emocional. La clave es simplificarse la vida.

También es relevante considerar que esto es un proceso importante pero no lo más importante de la vida, ya que todo tiene arreglo, hay que pensarlo de ese modo más que una situación definitiva para el resto de la vida. Darle la importante como lo más fundamental del mundo, sabiendo que se puede dar de nuevo y están en el camino de buscar la vocación, no es lo ideal.

Es como el caso de la actriz Meryl Streep, quien se quedó dormida el día que debía dar su examen de leyes. Ya mostraba virtudes actorales, pero quería estudiar Derecho. Una prueba del destino, porque la vocación tiene circunstancias de irnos marcando situaciones que son evidentes, que a lo mejor por la inexperiencia y juventud no se alcanza a ver. Las habilidades que uno tiene se van a desarrollar o explotar por diversos caminos.

En síntesis, se puede promover como una situación importante y especial, pero que no va a ser la definición de la vida entera. El mejor de los casos es la preparación para dar lo mejor de sí bajo las condiciones que uno está teniendo en ese momento. Experiencia importante, pero no la única y la última, y al ser importante, hay que darle tiempo, preparación académica, física, emocional y hasta biológica. Se puede dar lo mejor de sí y luego, si así lo desea, asesorarse en temas vocacionales o aquellos relacionados a la definición de tu camino.

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