Con tantos problemas, demandas y diversidad en el contexto en que estamos, resulta fundamental mirar a largo plazo en el ámbito educativo y sentar las bases de una "revolución pedagógica", como lo hemos planteado en el proceso #TenemoQueHablardeEducación de la agrupación Acción Colectiva por la Educación.
Vemos que han empezado a salir las primeras luces de los contenidos educativos en los programas de gobierno de los candidatos. Vemos también cómo se debaten incluso controversias en la conformación de comisiones de la Convención Constituyente. Es así como entregamos el trabajo colectivo realizado con estudiantes, apoderadas, profesores, asistentes, directivos y más de 25 organizaciones de la sociedad civil, en el que proponemos prioridades concretas a implementar, que van desde los derechos, hasta el sistema educativo y llegan a la sala de clase.
Por otro lado, miles de niños y niñas recién comenzaron con clases presenciales, intentando recuperar lentamente los aprendizajes y experiencias perdidas. Vemos cómo han sido insuficientes los esfuerzos para lograr una continuidad adecuada de la experiencia educativa y se ha producido una brecha aún más grande entre los alumnos, como lo muestra la encuesta de Monitoreo de Establecimientos Educacionales en Pandemia del Mineduc, U. Católica y Universidad de Chile. Algunos profesores, incluso, opinan que era mejor la conexión con sus alumnos cuando estaban 100% online que de forma híbrida.
Por eso, muy concretamente, proponemos que todas las escuelas desarrollen un programa de tutorías a los alumnos (como un refuerzo al vínculo personal con los estudiantes) en conjunto con uno de mentorías docentes (como factor de apoyo de pares a los docentes). Ambas estrategias, probadas por la evidencia como efectivas, están siendo impulsadas por el Mineduc y organizaciones de la sociedad civil, pero no han sido adoptadas ampliamente.
El programa Alfadeca de la Fundación Sara Raier de Rassmuss desarrolla las mentorías docentes con el propósito de que los niños aprendan a leer y escribir a temprana edad, y se complementa con tutorías logrando focalizar en los que más lo necesitan, facilitando el trabajo docente e innovando en soluciones para las problemáticas de los niños y sus salas.
A pesar de la gran relevancia de los procesos electorales y constituyentes, debemos priorizar los esfuerzos en potenciar y apoyar a los docentes para aumentar el número de horas presenciales, mejorando las experiencias educativas de sus alumnos y logrando recuperar los aprendizajes necesarios. No es solo la hora del desarrollo curricular o de las mejoras estructurales. Debemos pensar en lo que necesitan nuestros niños, niñas y adolescentes hoy.
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