Como procesos dinámicos, la educación y el aprendizaje, se basan en la calidad de las interacciones y el desarrollo de habilidades, actitudes y valores. De todo aquello que tribute a la formación del ser humano, como los es la familia, el contexto social y cultural.
De todo y de todos aprendemos, porque hablamos de un proceso activo, donde además podemos construir nuestro propio conocimiento, y es la motivación el pilar en el cual cimentamos la enseñanza. Potenciando en sinergia, el saber y el descubrir, lo que nos permite construir educación y aprendizaje, es decir acceder a que se creen y potencien conexiones entre las neuronas -sinapsis- posibilitando que valoremos-recordemos lo que aprendemos.
La interacción constante con el medio social nos permite ir desvelando nuestros propios gustos: Entre más se de música, más puedo apreciar la percusión innata y distinguir por unos acordes la Quinta Sinfonía de Beethoven. Mientras con más familiaridad puedo contemplar obras de artes, más sabré cual es la tendencia estética o filosófica que me hace sentir más consternado, bendito, boyante o gozoso. Cuanto más adquiero habilidades matemáticas, puedo resolver con mayor facilidad problemas de potencia, evitar caos o resolver enigmas dificultosos hasta los acertijos más huraños.
Aprendo del medio, sin respiro, sin parar y no por disnea sino y hasta por una inercia con sentido, con cercanía, por lo vulnerable que somos al conocimiento a la sociabilización y al querer. Entre los elementos de la educación se vive el efecto-afecto.
El problema radica en que cada vez vemos más violencia que inunda la escuela, el entorno escolar se vuelve un desafío con tonos peligrosos, la agresividad se va comiendo vorazmente la tranquilidad escolar, la ira tiene hambre, y parece insaciable, quiere devorar nuestros espacios educativos, desea romper nuestro aprendizaje para convertirlo en un bucle semejante a su furia.
Si el afecto es fundamental bálsamo que permite el aprendizaje, la apreciación por educar, la amabilidad para aprender, la pasión por compartir. La violencia lo desbarata, entonces, ¿qué efecto queremos en nuestros niños y nuestra educación?
Las denuncias de estudiantes agrediendo a profesores subieron 38% de 2023 a 2024, las agresiones verbales han aumentado 19%, reportado por los estudiantes. Según un estudio del Colegio de Profesoras y Profesores, el 86,8% de los docentes declaró haber sido insultado en el ejercicio de su profesión y 10,9% aseguró ser víctima de violencia física, observando un aumento en las denuncias por problemas en la convivencia dentro de la comunidad escolar los últimos años con un incremento del 58% en esta década.
Estamos ante un problema país. Estoy deseosa de ver las propuestas de los futuros y futuras candidatas a la Presidencia, queremos ver si la educación es sólo frase de campaña o habrá planes contundentes, robustos y sinceros.
Invertir en educación de forma efectiva y afectiva no sólo transformará a los estudiantes sino al país por completo.
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