Coescrita con Beatriz Fernández, profesora asociada CIAE/IE, Universidad de Chile
En los últimos días se ha discutido intensamente sobre los criterios de admisión a carreras de pedagogía, en virtud de lo que establece el Sistema de Desarrollo Profesional Docente desde el año 2017, los que deberían aumentar al año 2025. Si bien reducir la discusión sobre mayores exigencias de entrada en pedagogía sólo al debate sobre los puntajes de admisión es limitado, aún desde esa perspectiva llama la atención que no se incorporen en el debate datos sobre cómo han cambiado las matrículas en pedagogía.
Los resultados preliminares de nuestra investigación muestran que, entre el período 2015-2022 (donde se utiliza la Prueba de Selección Universitaria), la cantidad de matrícula de 2022 es prácticamente idéntica a la de 2015 (sobre 8 mil personas). Si bien hubo un alza de matrícula en 2018 y 2019, ésta sólo representó un ingreso de 4.000 estudiantes más en comparación al ingreso de 2015.
Posteriormente, se evidencia un descenso sostenido con una recuperación menor en los años 2023 y 2024; el que, sin embargo, no alcanza a equiparar en número a los ingresos de los años previos a la pandemia. Esto es preocupante en el contexto de un déficit proyectado de docentes que, según cifras de Elige Educar, alcanzaría a 26.000.
La caída en las matrículas de pedagogía es un problema a nivel global y el proceso de elección de carreras es complejo y multifactorial, confluyendo elementos individuales, institucionales y de política educativa. Sin embargo, al menos se puede afirmar que el aumento de criterios de selección a las pedagogías vía puntaje en la prueba de admisión no ha influido de manera positiva en atraer a más estudiantes a la profesión.
Además de entender el total de matrícula, es importante identificar quiénes están entrando a carreras de pedagogía con las nuevas exigencias. Si se profundiza en el perfil de los estudiantes, persiste una feminización de la pedagogía (de hecho, en educación parvularia el 99% son mujeres), alrededor del 35% de los estudiantes proviene de establecimientos públicos y sólo 8% de colegios privados; y cerca del 60% de los estudiantes son de los quintiles socioeconómicos más bajos. Si bien han existido ciertas alzas en la carrera de educación diferencial, ocurre lo contrario en pedagogías en Ciencias y Matemática.
Esta evidencia agrega antecedentes concretos a la discusión para tomar decisiones que permitan contar con profesores adecuados en número y características formativas en todas las especialidades, a fin de abordar la problemática de la matrícula en carreras de pedagogía con una perspectiva amplia y de largo plazo.
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