La EIS no es una pregunta, es la respuesta

¿Por qué necesitamos que la Educación Integral de la Sexualidad sea parte de la actual agenda legislativa? La respuesta queda evidente a la luz de los acontecimientos de los últimos años, que han vulnerado los derechos de los niños, niñas y adolescentes por no entregar información apropiada pertinente y atingente. Lamentablemente, solo conocemos los que han alcanzado notoriedad, pero todos los días por acción u omisión se producen hechos que dan cuenta de la falta de una política estatal al respecto.

El caso más reciente sucedió hace unas semanas en la Región de Arica, luego de que una apoderada denunció que durante la jornada escolar de alumnos de 5° básico se les enseñó contenidos sexuales inapropiados para su edad, con el propósito de educar sobre sexualidad.

Situaciones como la expuesta en el norte nos permiten evidenciar la necesidad de tomar cartas en el asunto. Sin duda alguna, la Educación Integral de la Sexualidad (EIS) debe ser discutida y aprobada como ley de la república. De esta forma, a lo largo del país se podrá implementar un currículo integral, basado en evidencia científica y que se implemente de manera general, gradual en los contenidos, con criterio pedagógico, de acuerdo a la edad y etapas del desarrollo, resguardando que esta sea culturalmente relevante y pertinente al contexto de cada persona.

En esta línea, contar con una legislación clara permitirá resguardar que toda la comunidad educativa, directivos/as, estudiantes; madres, padres y cuidadores; equipos docentes y asistentes de la educación, obtengan las herramientas necesarias para abordar los contenidos de manera integral y transversal y no dejarlo a la discrecionalidad y la voluntad de cada institución. Tenemos que avanzar en el debate, mirar las circunstancias con objetividad y dejar de creer tan fácilmente en los discursos que persiguen la desinformación y que están cargados de mitos e imprecisiones que muchas veces son irrisorias.

Es paradójico pensar que llevamos años aclarando que la Educación Integral de la Sexualidad no es únicamente hablar y enseñar sobre genitalidad y prácticas sexuales; que la Educación Integral de la Sexualidad no es para incentivar el inicio de las relaciones sexuales, o imponer orientaciones o identidades. Por el contrario, la EIS permite, como lo indica la evidencia internacional, avanzar hacia una sociedad más inclusiva, respetuosa, libre de discriminación y violencia; También permite la vivencia de una salud sexual positiva, promueve el trabajo en la autoestima, fomenta el acceso a información para prevenir las infecciones de transmisión sexual, incentiva la toma de decisiones en sintonía con el bienestar y es un factor protector ante el abuso.

Es urgente que el gobierno retome el abordaje a esta temática, considerando que se realizaron promesas al respecto y que es un momento clave para que, desde la educación y la integración de este currículo, podamos disminuir otras problemática presentes en la sociedad. El Estado tiene, sobre todo con las infancias, niños, niñas y adolescentes una deuda que saldar, y sin duda alguna, esta acción inicial nos permitirá comenzar trabajar en ello.

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