Trampolín Alfadeca, un aporte a la inclusión

Mariana Sanfuentes Astaburuaga
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Si bien hemos avanzado considerablemente en el último tiempo, la inclusión escolar sigue siendo un desafío para nuestro país. La reciente promulgación de la Ley TEA se inscribe como un hito relevante en este camino, pero son muchos los ámbitos en los que queda trabajo por hacer.

En Chile hay 6.091 escuelas con Programa de Integración Escolar (PIE), las que en cada aula atienden a un máximo de siete estudiantes con necesidades educativas especiales. Precisamente, como una forma de responder a la neurodiversidad presente en cada sala de clases, es que la Fundación Sara Raier de Rassmuss desarrolló Trampolín Alfadeca.

Se trata de un nuevo texto escolar, especialmente proyectado para apoyar la enseñanza de la lectoescritura de estudiantes PIE, que elaboramos como fundación junto a un equipo multidisciplinario de profesionales, compuesto por especialistas PIE y docentes de escuelas especiales y regulares. Este libro ofrece estrategias y actividades novedosas fundamentadas en la metodología Alfadeca, creada para ser aplicada en las escuelas de Chile por la experta inglesa Alix Anson, sobre la base de las mejores prácticas internacionales y el aprendizaje multisensorial.

Tras el desafío de contribuir de forma concreta a la inclusión, este texto recoge experiencias y estrategias desde el trabajo de aula, lo que lo convierte en una guía con orientaciones prácticas y eficientes. Además, apunta a que sean los propios docentes quienes evalúen el punto de inicio de los aprendizajes, fomentando la autonomía en el manejo del material y favoreciendo el desarrollo de habilidades socioemocionales.

El segundo semestre de 2022 realizamos una intervención piloto con Trampolín Alfadeca en la Corporación Educacional Lo Hermida, en el quinto-sexto básico compuesto por 15 estudiantes de entre 9 y 12 años con Síndrome de Down, Trastorno del Espectro Autista (TEA), discapacidad intelectual leve-moderada y parálisis cerebral. De este grupo, cinco estudiantes aprendieron a leer en solo cuatro meses. Un resultado reconocido por Rocío Pardo, educadora diferencial del establecimiento que trabajó en esta intervención y quien destacó sus logros como un avance importante para toda la comunidad, considerando especialmente el poco tiempo transcurrido, el que no se destinaron recursos extra para este objetivo y el contexto vulnerable de la escuela.

Agradecemos a la comunidad de Lo Hermida y a las escuelas Polonia Gutiérrez y El Lucero, de Lampa; así como a la Escuela República de Argentina de Padre Hurtado, quienes también aportaron con su mirada y valiosa experiencia en este logro.

Hoy nuestra meta es seguir acompañando a las y los estudiantes con necesidades educativas especiales, ayudarles a potenciar sus esfuerzos y así contribuir a hacer la diferencia en su futuro.

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