A partir de información censal de docentes chilenos, recopilada entre los años 2004 y 2021, Elige Educar levantó la investigación "Retención, rotación, salidas de aula y reincorporación docente en Chile", cuyo objetivo fue indagar en las trayectorias de estos profesionales.
Uno de los resultados relevantes del estudio, publicado hace unas semanas y que paradójicamente ha recibido menos atención de la opinión pública y la prensa, es que quienes enseñan en especialidades técnico-profesionales y quienes no cuentan con título en educación tienen niveles de deserción y rotación sustancialmente más altos que el resto de los docentes.
Si a este hallazgo agregamos que al año 2025 van a faltar en Chile 26.000 profesores idóneos, entonces tenemos un problema mayor y una gran oportunidad.
Mientras la matrícula en Pedagogía de pregrado viene a la baja, el interés por los programas de formación pedagógica para profesores de enseñanza media va en alza. Se trata de jóvenes que alguna vez quisieron estudiar Pedagogía, pero el rechazo de sus familias a esta opción o las condiciones económicas -que sabemos no son las mejores- los llevó por otros caminos profesionales. Sin embargo, ese amor por la Pedagogía no se apagó y deciden estudiarla como segunda carrera.
Como lo muestra el estudio de Elige Educar, estudiar Pedagogía es un factor que baja la deserción y la rotación. La pregunta entonces es ¿porqué no ampliar estos programas que ya existen para Pedagogía Media al nivel de Básica y Párvulos? Hay experiencias para Educación Primaria desde hace varios años fuera de Chile, un ejemplo es el programa STEP de la Universidad de Stanford (https://ed.stanford.edu/step/elementary).
Se podría partir por carreras afines, por ejemplo para el caso de Educación Parvularia, validar las licenciaturas de las carreras de Trabajo Social, Enfermería, Nutrición o Psicología y estudiar uno o dos años de educación, tal como lo hacen los profesores de Enseñanza Media. Lo mismo habría que pensar para Educación Básica.
Los detractores de esta idea dirán de inmediato que "esta opción no es lo mismo que estudiar 5 años Pedagogía" y yo respondo que no es exactamente lo mismo y no tiene que serlo. Quienes cursan estos programas hacen un aporte relevante a la escuela en términos pedagógicos y, demás está decir, que los cinco años de paso por la universidad antes de estudiar Pedagogía, les permite contar con saberes diversos, siempre necesarios. Tienen además la posibilidad de profundizar en temas curriculares de maneras poco usuales, al tiempo que su presencia en la escuela alienta el trabajo colaborativo.
Los profesores tienen que estudiar para ser profesores, pero es hora de diversificar y aumentar las posibilidades de formación, las que siempre, y sin excepción, deben resguardar la calidad y ser ofrecidas por universidades y pedagogías acreditadas y de comprobada seriedad y calidad.
La vocación de profesor de un adulto puede ser tan inspiradora y poderosa como la de un egresado de Cuarto Medio. Ofrezcamos a todos ellos la posibilidad de estudiar la profesión más importante de todas, ¡la única que construye futuro!
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