Si bien es cierto que la emergencia sanitaria afecta gravemente a todo el país, para territorios especiales como Rapa Nui y Juan Fernández la situación es aún más compleja. La separación natural de los territorios insulares puede ser una gran barrera para evitar los contagios, sin embargo también acrecienta los niveles de aislamiento y desprotección de estas zonas de nuestro país.
Hemos conocido y asumido el llamado del Alcalde Rapa Nui, Pedro Edmunds Paoa - a quien recibimos telemáticamente en la Comisión de Zonas Extremas y Territorios Especiales del Senado - que nos ha solicitado medidas especiales para su comuna, en materia de salud, empleo, y de protección económica.
Así se lo hemos manifestado al Gobierno a través de una serie de oficios que hoy cobran aún más importancia, ya que solo el Poder Ejecutivo puede impulsar este tipo de iniciativas.
El relato que hemos conocido de la Presidenta de la Cámara de Turismo y Comercio de Rapa Nui, Moama Teao, nos inquieta profundamente.
Preocupa el cierre de gran parte de los establecimientos comerciales, pues es sabido que la isla depende casi en su totalidad del turismo, y de la consiguiente dura realidad del 75% de sus habitantes que se encuentran hoy sin ingresos.
Si bien el cierre de los aeropuertos ocurre también en otros lugares del país, el del aeropuerto Mataveri para vuelos comerciales es un golpe duro a la economía isleña. Hoy hay solo un vuelo especial que deben costear los mismos isleños y que abastece a cerca de 10.000 personas. Entonces, el llamado es claro, el Gobierno debe subsidiar este vuelo o bien poner a disposición aviones de la FACH para llevar lo necesario a las y los rapanui.
Sabemos que los recursos no sobran, pero para ambos territorios insulares es urgente aplicar medidas aún más excepcionales. En el caso de Juan Fernández, los pescadores hoy no cuentan con ingresos suficientes pues las exportaciones y ventas de langostas y otros productos del mar están paralizadas, entonces es urgente ir en ayuda principalmente de este sector.
Las dificultades sanitarias de ambos territorios se agudizan en este escenario: hay solo un consultorio en el Archipiélago de Juan Fernández para cerca de mil habitantes, y un hospital de baja complejidad en Rapa Nui. Ambos sostienen un delicado equilibrio, que esperamos perdure.
Hoy dependen solo de las buenas decisiones de las personas y de sus alcaldes, pues no hay una política ni aumento sustantivo de recursos desde el Gobierno para enfrentar una eventual agudización de la actual situación sanitaria, hasta ahora controlada.
Hemos enviado oficios al ministro de Salud, también a los titulares del Trabajo y Economía, para que den cuenta e informen sobre las medidas que se tomarán para proteger ambos territorios, y también para conocer qué programas se pueden implementar para reactivar las principales actividades económicas de estas zonas cuando los períodos de cuarentena queden atrás.
Es urgente aplicar medidas paliativas especiales en ambos territorios considerando sus características especiales. Todas ellas con miras, primero, para dar protección a la salud de sus habitantes, y segundo, para establecer un plan que permita nuevamente acoger, desarrollar y potenciar la actividad turística en Rapa Nui, y seguir en la senda del buen manejo y la explotación de productos marinos en Juan Fernández.
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