En vano se esfuerzan los gobiernos liberales, neoliberales partidarios del capitalismo radical a mantener el “sistema” a pesar que tiene portillos por todas partes.
Covid-19 obliga a que el Estado y en Chile, dado que no existe el Estado, el Gobierno “confisque” o disponga de recursos privados para combatir la pandemia.
Volverá a sacar recursos del Estado que son de todos, sin permiso, para proteger económicamente a los más azotados por Covid-19 (del inglés Corona virus disease aparecida el 2019) y a empresas que están quebradas o quebrando.
La forma fraterna, solidaria productiva es la única que puede solucionar mejor el problema. Las riquezas son de todos, más aun ante la emergencia, y para todos los chilenos y por igual ¿por qué no hemos vivido siempre así? ¿Por qué unos pocos se apoderan o apropian de las riquezas producidos por todos y que pertenecen a todos? La rigidez de la organización patrón-peón, terrateniente-inquilino, empresario-trabajador, instalada para optimizar la ganancia y nada más, no permite la adaptación inmediata para otros fines ante el desastre. El rico va a estar pensando como saca provecho de la enorme desgracia ¡qué miseria humana!
Lo he demostrado múltiples veces, el capitalismo solo puede aumentar la desigualdad absoluta entre los seres humanos; ningún capitalista invierte para que los trabajadores tengan igual o más ganancias que él.
El índice de Gini oculta la desigualdad absoluta que aumenta en todo el mundo, basta con ver lo que sucede con las transnacionales. El PIB en Chile y en el mundo aumenta más que los salarios, el ingreso (ganancia) de los capitalistas aumenta más que los ingresos de los trabajadores.
La organización individualista neoliberal conspira contra las soluciones solidarias que estas catástrofes necesitan, las decisiones colectivas donde todos participan por igual son mejores.
Se formó una mesa social para enfrentar coordinadamente el problema. El presidente, representantes del Colegio Médico, de la Universidad de Chile, de la Católica, del mundo político, empresarial, los ministros correspondientes, etc. ¡Qué novedad!
¿Por qué esto no se hizo para superar la ruina de la previsión chilena, o la cámara de tortura del SENAME, o los sueldos miserables de un tercio de los chilenos, o la desigual repartición de la propiedad, de las aguas, o de cualquier bien, etc.? Esto era lo ordinario cuando Chile tenía Estado.
El Servicio Nacional de Salud, que acabó con la estructura de la morbimortalidad de un país miserable y la llevó a la de uno super-desarollado y lo mismo con la desnutrición, que atendía financiado por el Estado, entiéndase por todos los chilenos o gratuito, a todo lo que atiende la Teletón, y mucho más, tenía en su dirección al Director que se elegía por una terna designada por el Presidente y aprobado por los dos tercios del Senado; pero también tenía en su dirección a un representante de la Universidad de Chile, uno de la Católica, otro del Colegio Médico y un representante de los trabajadores de la Salud.
La mesa-social era permanente en salud y educación. ¿Por qué la Dictadura Cívico-Militar pseudo neoliberal (porque continua siendo oligárquica) y los gobiernos siguientes se han empeñado en seguir destruyendo al Estado de Chile y a todo lo que es solidario, fraterno o cooperativo?
Para instalar sobre sus cadáveres las empresas privadas en educación y salud bajo el concepto, que no existe en la constitución, de Estado subsidiario que no es otra cosa que un robo al bolsillo de todos, porque es sin su permiso.
En el Norte sucede la situación grotesca que los seres humanos no tienen agua suficiente para lavarse las manos en estado de pandemia y esta agua se les da en aljibes, pero los paltos, o plantes de cultivo y las empresas mineras tienen agua en niveles muy superiores a lo que tienen esos seres humanos a los cuales ya se les han muerto los animales que eran su único sustento.
El régimen capitalista neoliberal valora un palto por encima de una familia humana.
Traidores a la especie Homo sapiens a favor de algunas plantas y de sus bolsillos.
Se enferman o mueren los seres humanos en favor de la productividad y ganancia de los empresarios agrícolas ¡Cruel, absurdo, grotesco y anticristiano!
Ante el Estallido social y ahora al iniciar la pandemia, todas las compuertas mineras y de empresas agropecuarias debieron ser abiertas y terminar con los aljibes para los seres humanos. Dice Cristo no se puede servir a dos señores, a los paltos o al ser humano.
Los sistemas valóricos no pueden promediarse, no se puede pretender un sistema solidario e igualitario y un sistema capitalista neoliberal.
La humanidad debe desahuciar al sistema capitalista e ir hacia las comunidades autosuficientes como cooperativas, empresas auto-gestionadas, etcétera.
Supongamos a Pelotillehue, una ciudadela autosuficiente de 50.000 habitantes. Ellos producen toda la energía que necesitan con energía eólica, solar, de mareas, térmica y tienen dos grandes represas en la cordillera de la costa. Son una cooperativa agropecuaria-forestal, ganadera, minera e industrial.
Se autoabastecen de todo tipo de alimentos ya que viven a menos de 10 kilómetros del mar, tienen sus propias empresas constructoras, sistemas de salud y de educación más que suficientes.
Su riqueza se reparte equitativamente entre todos los habitantes. El 85% de la empresa está robotizada. Su tiempo lo dedican a culturizarse, deporte, arte, filosofía, espíritu, humanidades. La seguridad social se da por añadidura.
Son el Estado ya que son uno de sus cuerpos intermedios, contribuyen igual que todos con los impuestos y están interconectados con todas las cooperativas de Chile y las empresas del Estado especialmente en salud, educación, servicios y empresas estratégicas.
La pandemia no los ha afectado porque desde que apareció el primer caso en China tomaron todas las precauciones de circulación de salida y entrada a Pelotillehue.
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